Page 12 - Maquiavelo, Nicolas. - El Principe [1513]
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XII ANA MARTINEZ ARANCON
dines de Cosimo Rucellai, los llamados «Orti Oricellari». En
este libro toma a los antiguos romanos como pretexto para
su reflexión política sobre temas contemporáneos, y como
modelo para una futura república italiana unificada, cuyo
corazón y guía había de ser Florencia, la ciudad tan amada
e ingrata.
De pronto, interrumpe su labor y sistematiza algunas de
sus ideas sobre el gobierno y el poder personal en un tratado
pequeño, que escribe en pocos meses. Lo termina en la Na-
vidad de 1513 y lo dedica a Lorenzo de Medici. El libro se
llama El príncipe, y todavía hoy nos deslumbra.
¿Por qué Maquiavelo, encarcelado y torturado por cons-
pirador republicano, escribe ese mismo año un tratado so-
bre los principados, y además lo dedica al Medici felizmente
reinante? La obra versa sobre los modos de adquirir y con-
servar el poder; ¿quería ayudar a su destinatario amante-
nerse en el cargo? Algunos autores piensan que lo que nues-
tro florentino busca es conseguir de nuevo un cargo en la
administración Es posible que así sea, y eso no significa
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que haya abandonado sus antiguas convicciones. Para él, el
primer mandamiento de un político es ser realista, conocer
las circunstancias y adaptarse a ellas. Nunca recomienda el
aislamiento; se puede uno resignar a él, si no hay más reme-
dio, pero no elegirlo. Es preciso conservar o adquirir, aun
en las circunstancias más desfavorables, una parcela de po-
der que permita intervenir de algún modo en los aconteci-
mientos, sea directamente, sea influyendo en el príncipe, o
incluso ganándose su confianza para arrebatarle el poder o
asesinarlo con las mayores garantías de éxito; hay múltiples
opciones, desde servir a la patria como un funcionario fiel
y desinteresado, tratando de mejorar las cosas en la medida
en que lo permitan las propias capacidades, hasta dar un gol-
pe audaz y alzarse personalmente con el dominio absoluto:
cada cual puede elegir según sus deseos o su fortuna; lo úni-
co inadmisible es seguir fuera de la escena política. Por eso,
3 Es la opinión de Quentin Skinner, Maquiavelo, Alianza, Madrid, 1984,
p. 34.