Page 153 - Libros de Caballerías 1879
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LAS CUITAS DE ORIANA


         Pero el Rey no se rendía a reflexiones ni ruegos,
       y cada vez más aferrado a su idea, acabó por decla-
       rar que Oriana sería entregada por la fuerza a los
       embajadores del Patín, si no se avenía a ir con ellos
       voluntariamente.
         Navegando con rumbo a sus estados, supo Ama-
       dís, inflamado  en  ira,  las nuevas  del casamiento
       que querían imponerle a Oriana, y aceleró cuanto le
       fué posible el regreso.
         ¡Cómo pintar la alegría de sus caballeros cuando
       al cabo de siete años de ausencia volvieron a verlo
       entre ellos en los palacios de la Insola Firme! Sen-
       tóse a comer con sus queridos compañeros, y ha-
       biendo todos con gran placer comido, e levantados
       los manteles, Amadís les rogó que ninguno de su lo-
       gar se moviese, que les quería fablar, y ellos lo  fi-
       cieron así. Viendo, pues, Amadís sosegados a aque-
       llos caballeros que a las mesas estaban, atendiendo
       lo que él diría, fablóles en esta guisa:
         —Después que me no vistes, mis buenos señores,
       muchas tierras extrañas he andado e grandes aven-
       turas han pasado por mí, que largas serían de con-
       tar; pero las que más me ocuparon, e las que ma-
       yores peligros me atrajeron fué socorrer dueñas e
       doncellas en muchos tuertos e agravios que les ha-
       cían; porque  así como  éstas nascieron para obede-
       cer con flacos ánimos, e las más fuertes armas su-
       yas sean lágrimas e sospiros, así los de fuertes co-
       razones extremadamente entre  las  otras cosas  las
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