Page 20 - Huasipungo - Jorge Icaza
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-Güenas tardes  nos  d-é  Dios- saluda  con  21
              su  hablar  precipitado,  olor  a  peras  podridas
              por su  inveterada  afición  al  aguardiente  puro
              que  venden· el  ] a cinto  y  taita  Timoteo  en  el
              pueblo.  Se quita  el  sombrero  dejando  al  descubier-
              to  una  cabeller<t  desordenada  qne cae  en  mechones
              pegosos,  ele  sudor,  sobre  la  fl·ente.
                -Buena¡;  tardes,  Policarpio.
                ·-Me  mueero...  Semejante  aguacero  que  ha
              caido  todito  el  día.  ¿ Que's pes, a  la ña chiquita  tan
              h;m  ti->~iclo.
                El  padre  ele  familia  desvió  la  conversación  ha-
              ciéndole  preguntas  sobre  la  conducta  de  los  in-
              dios,  sobre  los  sembrados,  sobre  la  posible  explo-
              tación  de  la  madera.
                --Traigo  grandes  planes.  El  porvenir  de  mis  hi-
              jos  así  lo  exige.
                ¿De  sus  hijos?  --piensa  el  Policarpio,  sin  com-
              prccnder  nna  palilbra-. El patrón no  tiene sino  una
              sola  hija;  la  ña  Lolita.  ¿A  qué  hijos  se  referir2c,
              ahora?  Tal  vez  la  ña  grande  esté  embar.azada.
                1!:1  viejo  caserío  les  recibió  con  su  patio  empe-
              drado,  olor  a  majada,  con  el  Molque,  perro  amigo
              de  manifestaciones  epilépticas,  con  la  charla  qui-
              chua  de  las  indias  servicias,  el  mugir  de  las  vacas,
              el  amplio  corredor  de  pilares  adornados  con  cabe-
              zas  disecadas  de  venados  donde  se  cuelgan  las
              ¡¡   u   A   S        p   u   N        o







                     Biblioteca Nacional del Ecuador "Eugenio Espejo"
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