Page 52 - Huasipungo - Jorge Icaza
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espléndidos.  Mientras  atiza  la  lumbre  va  53
               murmurando  palabras  de  su  invención  que
               saben  ·espantar  los  males  del  demonio.  Una
               vez  ~n su  punto  el  cocimiento.  coge  la  pier-
               ha  herida,  le  abre  la  venda  y,  con  los· labios  en
               ventosa,  se  aproxima  al  pie  mutilado  que  chorr<:a.
               pus  y  gusanos ;  ·besa  en  plena  llaga,  r.on  beso  ab··
               sorbente  que  le  llena  la  boca  de  materias  'fisco ..
               s·as,  de  materias  movibles  que le  hacen  coniczone:>
               en  el  paladar  y  debajo  de  la  lengua.  El  enfermo
               se  retuerce  en  una  vehemente  convulsión;  en  ese'
               momento  debe  haber  sentid~ como  si  le  succiona··
               ran hasta 'las  fibras·· más  delicadas  del  C·crebro.  Dió
               un  g·ríto  y  se  quedó  inmóvil.
                La  ventosa  se  hace  más fuerte.  Brilla  en  las pu··
               pilas  del  curandero  un  chispazo  de  triu~fo. En  tO··
               dos  es  lo  mismo;  pa1'a  salir el  mal deja  inconsd~rt·
               te  a  la  víctima.  El  ya  sabía  eso.  Sabía  que  a.  su
               chupeteo no se  han  resistido  ni  los  males  más  hi<.:n
               enraizados.
                be  un  escupitajo  vació  la  boca  y,  para  que  no
               q17ede  ni  rastro  de  canta gio  en  él,, se  limpió. con  el
               revés  de  la  manga  residuos  babosos  sanguínolen··
               tos  que  se  le  c'olgaban  de  las  comisuras  de  los  la-
               bios.  ~xaminando  el  esputo,  murmuró  en  alta,
               voz:
                -Conmigo  ca  se  equigüeycan,  carajus.
               H   V    A   S       p    V   N        o






                     Biblioteca Nacional del Ecuador "Eugenio Espejo"
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