Page 54 - Huasipungo - Jorge Icaza
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~Eaaa ... ! !- espanta el inválido desde su 55
sitial de atalaya. Los loros huyen asustados
pensando que sus gritos se les ha caído del
buche para ir a robustecer el grito del hom-
bre.
Una noche, ya muy tarde, los indios de los hua-
sipungos de la loma, oyeron un tropel de pezuñas
pasar para el bajío. Era el ganado que, rompiendo
el cerco-de .la talanquera, iba en busca de un atra-
cón de hojas de maíz.
Desde el montón de silencio y tinieblas que era
la noche sac.S la cabeza un grito.
-Dañiuuuu ... Gacien"daaaa.
Voces que bajaban dando tumbos desde la [o ..
ma, despertando al paisaje dormido.
A pesar del esfuerzo, la cojera le impidió :¡\ -!\.n·
drés acudir a tiempo. Se le hizo tan difícil sacar
esos animales qur se ocultaban en el menor plie·
gue de la noche; su herida re<;ién cicatrizada se ,
le abrió.
La curiosidad que imprimía en el valle aquel
macht de gritos despertó a don Alfonso, el cual.
tomando la arrogancia de los génerales en campa ..
ña, ¡;;e. echó tm poncho sobre los honl'bros- y salió
al corredo;. Hizo levantar a t'oda la servidumbre
de la casa y ordenó la marcha en ayLrda de los
chacracamas. Mañana será dia de castigos;
fi u p u N G o
Biblioteca Nacional del Ecuador "Eugenio Espejo"