Page 7 - Lucado. Max - Como Jesús_Neat
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Siga trabajando en esto por un momento. Ajuste el lente de su imaginación hasta que tenga un
            cuadro claro de Jesús guiando su vida, entonces oprima el obturador y retrate la imagen. Lo que

            usted  ve  es  lo  que  Dios  quiere.  Él  quiere  que  usted  piense  y  actúe  como  Jesucristo  (Véase

            Filipenses 2.5 ).

                El plan de Dios no es nada menos que un nuevo corazón. Si usted fuera un coche, Dios querría
            controlar su motor. Si fuera una computadora, Dios controlaría los programas y el disco duro. Si

            fuera un aeroplano, tomaría asiento en la cabina de mando. Pero usted es una persona, así que
            Dios quiere cambiarle el corazón.


                Pablo dice: «Y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestios del nuevo hombre [que es
            tener  un  nuevo  corazón],  creado  según  Dios  en  la  justicia  y  santidad  de  la  verdad»  (  Efesios

            4.23– 24 ).

                Dios quiere que usted sea como Jesús. Quiere que tenga un corazón como el de Él.


                Voy a correr un riesgo. Es peligroso resumir en una sola declaración verdades grandiosas, pero
            voy a intentarlo. Si una frase o dos pudieran captar el deseo de Dios para cada uno de nosotros,

            diría lo siguiente:



                    Dios  lo  ama  tal  como  es,  pero  rehúsa  dejarlo  así.  Él  quiere  que  usted  sea  como

                    Jesús.



                Dios lo ama tal como usted es. Si piensa que su amor por usted sería más fuerte si su fe lo

            fuera, se equivoca. Si piensa que su amor sería más profundo si sus pensamientos lo fueran, se

            equivoca de nuevo. No confunda el amor de Dios con el cariño de la gente. El cariño de la gente por
            lo general aumenta con el desempeño y disminuye con los errores. Pero no es así con el amor de

            Dios. Dios le ama exactamente como usted es. Cito al autor favorito de mi esposa:



            El amor de Dios nunca cesa. Jamás. Aun cuando le desdeñemos, le ignoremos, le rechacemos, le

            menospreciemos, le desobedezcamos, Él no cambia. Nuestro mal no puede disminuir su amor.

            Nuestra bondad no puede aumentarlo. Nuestra fe no se lo gana así como nuestra necedad no lo
            estorba. Dios no nos ama menos porque fracasemos ni más porque triunfemos. El amor de Dios

            nunca cesa.
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            1 Adaptado de Max Lucado, El trueno apacible , Editorial Betania, Miami, FL, p.46 del original en inglés.
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