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Estas propuestas de revitalización sindical han llegado a Latinoamérica a países como Uruguay,
           Brasil, principalmente en los sectores de telecomunicaciones y automotriz, y en Argentina  en la
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           industria eléctrica y automotriz, aunque con la particularidad distintiva de cada país en relación a
           la  reflexión  y  acción  anglosajona;  en  éste  último  país  se  sitúa  en  un  escenario  de  post-
           convertibilidad en la que las instituciones laborales argentinas proponen una rearticulación nueva
           en las relaciones laborales. Desafío interesante en cuanto al pasado reciente de los años 90’s en los
           que se efectuaron privatizaciones junto al despliegue de estrategias de flexibilización de gestión y
           organización  del  trabajo  y  sus  corolarios,  como  la  expansión  de  modalidades  de  contratación
           precaria, que repercutieron en las formas clásicas de negociación colectiva y acción sindical.

               En  México,  en  las  primeras  décadas  del  siglo XXI,  se  observa  una  crisis  del  corporativismo
           tradicional con desajustes y contradicciones, sin embargo, actualmente la mayoría de los sindicatos
           siguen  siendo  corporativistas.  El  Congreso  del  Trabajo  (CT)  como  intermediario  corporativo
           tradicional representa al 69% del total de los trabajadores organizados con 960,000 afiliados en
           758  sindicatos,  agrupados  la  mayoría  en  13  centrales  (Villegas  Rojas,  2012).  La  aplicación  de
           políticas económicas y sociales bajo la inspiración de los postulados neoliberales han impuesto
           reformas estructurales en el sistema jurídico constitucional en diversos ámbitos: educativo, fiscal,
           energético y laboral, lo cual viene a colapsar aún más las relaciones laborales de los trabajadores
           mexicanos. Otro aspecto es la conformación de una nueva clase obrera industrial, con tasa alta de
           sindicalización pero sin tradición de lucha ni memoria histórica, con escasa vida interna sindical,
           sin prácticas democráticas. Muchas de estas formas sindicales son sindicatos “de protección”, con
           presencia alta de mujeres y jóvenes, sin identidad con el trabajo, la empresa o el sindicato, con
           rotación  frecuente  y  el  establecimiento  de  estrategias  familiares  de  vida  sin  relación  con  un
           colectivo obrero. Los costos económicos y sociales se expresan en el lento crecimiento del empleo
           en  el  sector  formal  y  la  expansión  del  sector  informal,  así  como  la  decreciente  tasa  de
           sindicalización.
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               Como  es  posible  apreciar,  en  los  inicios  de  este  siglo  XXI  las  estructuras  socio-políticas  y
           laborales se expresan en una conflictividad global que impacta a las organizaciones sindicales como
           el  SME,  inmerso  al  mismo  tiempo  en  la  problemática  local  con  la  imposición  de  medidas
           neoliberales específicas propias de México. Es por eso que, en estas adversas condiciones históricas,
           el  aporte  de  esta  organización  de  trabajadores  electricistas  mexicanos  es  invaluable,  pues  se
           proyecta con potencialidad en el ámbito global y local por la eficacia e implementación de un amplio
           abanico  de  estrategias  certeras  (jurídicas,  políticas,  simbólicas,  etc.)  por  la  recuperación  de  su
           materia  de  trabajo,  así  como  por  su  propuesta  organizativa  sindical  que  no  se  circunscribe  a
           incorporar  sólo  al  agremiado  con  una  relación  laboral  patrón-trabajador,  sino  también  es
           incluyente con el socio cooperativista electricista con un enfoque autogestivo.

           Referencias
           Lévesque, Ch. y Murray, G. (2004) “El poder sindical en la economía mundial”, Documento, Núm. 2,
           Ed. Manu Robles-Arangiz Institutua, febrero, Bilbao, España.
           Tilly,  C.,  (1995)  “Globalization  Threatens  Labor  Rights”,  International  Labor  and  Working-Class
           History, 47.
           Villegas  Rojas,  P.  (2012)  “El  nuevo  sindicalismo  blanco”  en  De  la  Garza  (Coord.)  Situación  del
           Trabajo en México, 2012. El trabajo en la crisis, UAM-I/Plaza y Valdés, México.
           Voss, K. and Sherman, R. (2000) “Breaking the Iron Law of Oligarchy: Union Revitalization in the
           American Labor Movement” in American Journal of Sociology, Vol. 106, Núm.2.

           1   Estas reflexiones y planteamientos se analizan por parte de Cecilia Senén y del Bono (2013) en un estudio comparado
           de  casos, con  sindicatos  de  sectores  diferentes,  afectados  de  diversas  maneras  por  los  procesos  de  flexibilización
           económica y por las prácticas de acción sindical.
           2   El primer trimestre del 2005 y el del 2009, la tasa de sindicalización cayó de 16.7% al 14.5%. En De la Garza
           (2012) “La polémica acerca de la tasa de afiliación sindical revisada al 2010” en De la Garza (Coord.) Situación del
           Trabajo en México, 2012. El trabajo en la crisis, UAM-I/Plaza y Valdés, México
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