Page 153 - Como mariposas a la luz
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Crear una marca propia de ti mismo
Todo vendedor en sus inicios sueña con dar con la “piedra filosofal”, ese pequeño
milagro que le haga invencible y le dote de una coraza impenetrable para el desaliento
y sus argumentos y que venza la mítica barrera del NO.
Basado en sus propias creencias limitantes, busca entre el arsenal de posibilidades
esa empresa grande que a modo de buque indestructible le asegure el éxito de sus
propósitos y un futuro plagado de seguridad en su profesión. Pocos logran
encontrarla con lo que los que no lo hacen basaran gran parte de sus fracasos en esa
mala suerte que significa no haber pedido formar parte de una tripulación de elite,
que armados con las más sofisticadas armas no necesitan ni puntería, pues sólo le
dan a un botón y se convierten en un arma letal. Los pocos que si la encuentren
algún día se darán cuenta que eso no basta, y a partir de ahí buscarán la Piedra
Filosofal mágica en los productos que llevan, buscando el producto muleta que les
dote del convencimiento de que pueden vender a pesar de todo y que con una buena
empresa y un buen producto el vendedor es secundario. Pero como no todo es fácil,
a ese camino pagado de cadáveres de ex vendedores que no encontraron su empresa
milagro su producto estrella y aún menos las dos cosas juntas se unirán gran parte
de los elegidos que si lo encontraron y fueron afortunados, pero a los que las
circunstancias no les dejaron triunfar, fuese porque la empresa pedía demasiado,
porque el mercado está difícil, porque la competencia siempre da más, o
simplemente, porque la mala suerte les persigue allí donde van aunque sea a un
poderoso portaaviones.
Bueno, quizás un día, aunque de dudosa posibilidad tengan un momento de lucidez
y descubran que otros jamás encontraron nada de eso y ni siquiera lo buscaron
porque entendieron que el auténtico poder residía en ellos, en su capacidad de
formarse, a pesar de las dificultades que no podían decidir siempre donde vendían ni
que vendían, pero tenían todo el poder de influencia en cómo se preparaban como
querían ser, y sobre todo que querían ser. Y mientras los buscadores de fortuna
descubrían que en la vida para triunfar hace falta suerte y talento, pero sobre todo
lo segundo porque si el talento jamás sabrás que hacer con la suerte… pero en su