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Camino a la Victoria

CONFIANZA

Si el campesino no confiara en lo que él sabe y cree, no plantaría. El no confiar en la lluvia,
el viento, el sol -sería motivo para que él no plantara las semillas que están en su bolsa.
Esas semillas seguirán siendo semillas y nunca darán fruto. Pero, como él confía en los

ciclos de las estaciones y los cambios de clima, va al campo, aunque el viento primaveral
aún está un poco frío y planta sus semillas. El confía en sus experiencias pasadas; confía en
las funciones del fertilizante; confía en que pronto llegará el verano húmedo y llenará los

maizales de mazorcas. Él confía -ese es un paso más adelante.

Yo tenía un tío que sufría de sífilis. Él llevó una vida disipada y desperdició su salud con
mujeres y vino.

Llegó el tiempo de su gravedad. Apenas tenía 40 años. En esos días, llegó una nueva

medicina llamada Terramicina para tratar dicha enfermedad sexual.

Él supo que estaba a la venta. Creyó, porque eso nos dijo, «Esa medicina occidental es
científica. Pero, no confío en ella.» Él siguió tomando sus remedios de hierbas, le

practicaban acupuntura, se rehusó a tomar la medicina que sus hijos le rogaban que
tomara. Murió prematuramente y yo creo que una de las razones fue la falta de curación
de su mal. Él supo, creyó, pero no confió.

Tener fe es un acto resultante de la aceptación del amor de Dios. El creer es el producto de
nuestro conocimiento de Dios y su Hijo Jesucristo. Pero para dar un paso más adelante y
poder tener confianza, tú necesitas ejercitar tu deseo y convicción.

Santiago 2:19 (Lee despacio y en voz alta) «Tú crees que Dios es uno; bien haces. También
los demonios creen y tiemblan.» 1

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