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Camino a la Victoria






          Algunas de las acciones más grandes que hemos realizado, las hemos hecho en absoluto

          silencio.  Algunos de los hitos de la historia se han dado cuando hombres y mujeres pasaron
          más tiempo en meditación que yendo de un lugar a otro.




          Uno.  El acto de fe, significa administración. Muchas de las cosas básicas se nos dan, no tan
          sólo gratuitamente sino de manera equitativa, es decir, a todos por igual.  El aire que
          respiramos, por ejemplo. ¿Pagamos por él? No, es gratuito.  Por supuesto que en estos días

          que avanzamos de manera increíble en la industrialización, el aire que respiramos en las
          ciudades está más contaminado que en los lugares rurales.  Pero básicamente, a todos nos
          llega el mismo aire.




          El tiempo es otra comodidad que se nos da a todos por igual.  A todos se nos dan 24 horas -
          ni más, ni menos. Ya sea que vivas en Europa o África, en una isla o en un continente; ya
          seas joven o anciano, sano o enfermo, al igual que todos, tienes 24 horas al día,

          exactamente la misma cantidad de tiempo para todos.



          Los talentos con que nacemos todos, no son los mismos. Algunos aprenden más fácilmente

          lenguajes.  Otros nacen con talentos musicales.  Algunos nacen con más de un talento,
          mientras otros nacen con uno solo.  Pero a todos, por lo menos, se nos dota de un talento
          que es singular y único.  Pero, ¿por qué es que algunos avanzan más que otros? ¿Por qué es

          que mientras unos tienen éxito, los otros no?



          El punto clave de esto es la administración que cada uno le damos a nuestro tiempo.  La

          manera en que manejamos nuestro tiempo, es una lección importante, no sólo para
          aprender, sino para llevar a cabo acciones. Lo mismo sucede con tu dinero, porque el
          tiempo y el dinero son dos cosas cruciales en la vida de todos nosotros.  Yo conozco a
          muchas personas que reciben más dinero del que yo recibo.  Pero, por alguna razón, ellos

          siempre andan recortados con dinero y con deudas.  También conozco personas cuya
          responsabilidad no es tan pesada como la mía, pero ellos, constantemente, se quejan de
          que no tienen suficiente tiempo y dicen «Si tuviera más tiempo …». Siempre se quejan.







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