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Camino a la Victoria






          No es difícil seguir a las masas de gente, pero sí es difícil seguir las normas de vida que

          Jesús fijó. Vivir como vivió Jesús significa que te llamen «anormal», «fanático», y «raro».
          Por cierto, a los primeros creyentes también se les llamó así: «gente rara.»




          Hasta ahora, he superado la tentación y presiones que me han insistido para tener un
          seguro de vida.  En EUA donde vivo, el no tener un seguro de vida se considera falto de
          sabiduría.  Nunca había oído de un seguro de vida, hasta que vine a este país, en 1961.

          Después, cuando supe exactamente lo que significa un seguro de vida, que es poner una
          cantidad mensual en determinado lugar, para que, cuando uno muera o lo maten, la
          cantidad que se ha acumulado pase a propiedad del «beneficiario», que normalmente es la

          esposa.  Yo tengo ocho trajes, dos por cada temporada y algunas veces llevo los ocho
          conmigo, a un solo viaje, porque debo pasar por diferentes estaciones.  En la Navidad
          pasada, mi esposa me regaló una chamarra muy bonita.  Se la agradecí, pero le pedí que la
          regresara y pidiera el dinero.  Cuando me lo trajo, se lo mandé a la familia de mi hermano

          Barach Odhiambo, en África.  «Eres una persona muy extraña,» me dijo mi esposa esa
          noche.   En 1977, cambié de mi antiguo departamento, a la casa donde vivimos
          actualmente, mi esposa y yo. Cuando estaba empacando me dije, «¿de dónde salió todo

          esto?» Yo pensaba que llevaba una vida simple, pero me sorprendí al ver tantas cosas.  Me
          faltó disciplina para vivir como Jesús vivió.




          Tres. Actuar por fe significa servicio.  Para ponerlo de otra manera, digamos que significa
          cuidar de los demás.  La Biblia habla de esto de diferentes maneras.




          Gálatas 6:2 «Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo.»



          Hebreos 13:3 «Acordaos de los presos, como si estuviereis presos juntamente con ellos; y de
          los maltratados, como que también vosotros mismos estáis en el cuerpo.»




          1 Pedro 3:8 «Finalmente, sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos
          fraternalmente, misericordiosos, amigables;»





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