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Camino a la Victoria
confirmaba lo que Jesús había dicho a sus discípulos: Juan 14:3 «y si me fuere y os
preparare lugar, vendré otra vez, …» Esto es PARUSÍA ¡El regreso de Jesucristo a la tierra!
Este es el destino final del cristiano.
Parusía, es un término que sólo se usa en textos griegos. En el Nuevo Testamento, en las
diversas versiones de la Biblia, en español, se encuentra esta idea 17 veces, pero sólo como
«su venida o su advenimiento» (1 Tes 2:19; Mat 24:3; 1 Juan 2:28).
Todos proseguimos hacia ese día, puede ser hoy, puede ser la semana entrante, tal vez el
próximo mes o el próximo año; o tal vez sea dentro de cien años. Nadie conoce el tiempo
exacto, sino Dios. Lo que sí sabemos es que, ese día vendrá y nosotros viajamos hacia él.
En ese día, los creyentes que hayamos muerto y los que estemos vivos, nos daremos las
manos, junto con Jesús. La trompeta más resonante tocará anunciando la llegada del Reino
de Dios, con Jesús llevando el control. Los creyentes llegarán a la «resurrección de los
muertos». Este mundo de lágrimas y tristezas, dolores y enfermedades, amargura y
violencia, egoísmo y arrogancia, ya no existirá. El tiempo desaparece ante la eternidad. La
muerte se desvanece ante la vida eterna. Los cementerios tendrán tumbas vacías. Los
hospitales tendrán que cerrar. Los bancos irán a la bancarrota. Las bombas nucleares ya no
serán necesarias. El aire será puro y limpio. Los supermercados ya no serán un buen
negocio. Las guerras se habrán olvidado. La fe será recompensada ricamente; la paciencia
coronada brillantemente; la humildad exaltada abundantemente; el sufrimiento será
sanado completamente.
Y el amor reinará con esplendor.
La adoración reverberará a través del firmamento, diciendo «Bendición y gloria; sabiduría y
acción de gracias; honor, poder y potencia sea a nuestro Dios, por siempre y para siempre.
Amén.»
¡PARUSÍA!
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