Page 92 - Camino a la victoria
P. 92
Camino a la Victoria
(apagar significa aquí lo mismo que derrotar). Más aún, no solamente tener fe, sino «fe
con amor».
Otra cosa que debemos poner en nuestro equipaje, es la oración perseverante.
Simplemente orar no es suficiente; Pablo dice que debemos orar constante, consistente,
repetida y perseverantemente. Perseverancia significa que uno se toma de la promesa de
Dios, sin importar el tiempo, hasta que Dios cumple Su promesa. Esto requiere de
sabiduría, «ceñidos vuestros lomos con la verdad»; valor, «toda la armadura de Dios»;
confianza, «estad pues firmes»; esperanza, «para dar a conocer con denuedo el misterio del
evangelio».
Una cosa más para llevar una vida victoriosa es: cuidar de los que te rodean. Cuidar de
alguien no solamente es hacer algo por él, sino que igualmente es de valor el hacer notorias
tus propias necesidades, «para que también vosotros sepáis mis asuntos…». Aquí el
apóstol estaba en una prisión romana, al final de su vida tumultuosa como el primer
misionero de Dios, en el mundo, absorto en toda clase de pensamientos, orando,
escribiendo, hablando, recibiendo visitantes y confortándolos. Pablo quería que sus amigos
en Éfeso supieran lo que estaba haciendo. Y les pidió que oraran por él.
Estar siempre dispuesto y deseoso de ayudar a otros es una parte clave de la vida cristiana.
Pero no menos importante es el abrir tu corazón y compartir con los demás tus esperanzas
y frustraciones, bendiciones y necesidades, gozos y temores. De otra manera, no podemos
ser «uno en Cristo».
El orar por los millones de personas que mueren en México o Rusia es una responsabilidad
importante de cada cristiano. Pero de igual importancia es el tener cuidado del bienestar
de aquellos que están cerca de ti. Muchas familias han sido destruidas que erróneamente
han sacrificado a sus seres amados «por la causa de Cristo». No pocas relaciones han sido
rotas por la noción aparentemente atractiva, pero realmente falsa, de que, para servir a
Dios, uno debe odiar a sus padres, esposa, hijos, etc. Cuando Jesús dice que «el que ama a
padre o madre, hijo o hija más que a mí, no es digno de mí», no es una invitación a odiar a
www.cruzadamexicana.org Página 92