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Camino a la Victoria

Uno. Porque Pablo quería «ser hallado en él», en Cristo. Es decir que, Pablo, además de

predicar el evangelio por todo el mundo conocido, más que cualquier otra cosa, deseaba,
cada día, ser más semejante a Jesús.

Dos. Porque deseaba participar en la vida, de todo lo que Jesús había experimentado, su
muerte, su sufrimiento y su resurrección «…la participación de sus padecimientos», «el
poder de su resurrección, llegando a ser semejante a él en su muerte». (v 10) En otras

palabras, el cristiano es llamado a ser una parte de todo lo que Jesús pasó en Su propia
vida.

Tres. Significa que al final de esta estancia temporal en la Tierra, llamada vida, está «el
premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús» (v 14). El destino final de cada
creyente no es algo vago, no es esperar ser reencarnado, en otro tiempo, con un mejor
nivel social, o hacer lo mejor para esperar lo mejor de la vida. «Prosigo a la meta» dice el

gran corredor, «al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús».

El destino final de CAMINO A LA VICTORIA tiene dos terminales: Una: «hoy» y la otra

«parusía (parousia)». ¿Qué significa esto?

Cada 24 horas se llama un día: HOY. En este periodo es en el que vivimos. En un sentido

muy real, hoy es nuestro destino final. Tu ayer ya se ha ido, para siempre y no tienes
ninguna garantía de que vivirás en tu mañana. Entonces, en cada día «HOY», los cristianos
deben vivir de manera victoriosa. Hoy es todo lo que tienes.

Si descansas en tus ayeres o sueñas con tus mañanas siempre, estarás perdiendo tu hoy.

Pablo dice: «si en alguna manera llegase a la resurrección de entre los muertos», para

describir el destino final. Esta «resurrección de entre los muertos» se refiere a lo que Jesús
dice al final de la Biblia: Apocalipsis 22:20 «…Ciertamente, vengo en breve.» Eso

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