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A sim ism o, el exceso de co n fia n za refuerza la nuestras decisio n e s p o ste rio re s y nos o to rg a
idea que somos demasiados competentes un punto de comparación -al que siempre
como para solicitar "ayuda", disuadiendo cual­ regresamos- cuando se trata de establecer
quier tipo de comunicación e intercambio de preferencias.
conocimiento.
Uno de los casos más estudiados por la Econo­
Este sesgo es posible e n co n tra rlo m uchas veces mía Conductual, es el anclaje relacionado a los
en la práctica legislativa, donde los autoprocla- precios. Dan Ariely (2008)3 a partir de una serie
mados defensores de los consumidores, han de experimentos, demostró que estamos tan
promovido una serie de normas que asumen acostumbrados a las peculiaridades estableci­
cómo debemos pensar (normas bajo considera­ das por el mercado, de tal forma que estamos
ciones morales, como el buen gusto o la llamada predispuestos a pagar sin preguntarnos por un
adecuación social) e incluso cómo debemos producto X (precio ancla) y luego cuestionar
alimentarnos. Reiteramos que la regulación otros artículos similares o sustitutos que puedan
que pretende introducir limitaciones a nuestro existir en el mercado, pero a partir del primer
Universidad de Lima cuenta el impacto y costo que podrían generar y herencia arbitraria": los precios no siempre son
precio. Esto es lo que se conoce como la "co­
comportamiento de consumo, debe tomar en
sólo si resulta más beneficioso para el colectivo,
establecidos por la ley de la oferta y la deman­
da, si no que estos pueden ser establecidos de
encontrar mecanismos que permitan mejores
manera aleatoria por los ofertantes y ratificados
resultados, ya que ese exceso de confianza nubla
hasta mentes poderosas como las de Lex Luthor.
por los consumidores.
de Derecho de la 2. Anclaje. Finalmente, resulta oportuno observar el efec­
to marco (framing effect) el cual señala que
Recordar es parte de nuestra condición humana.
nuestros juicios se sostienen en un punto de
Nos gusta traer a la memoria las experiencias
referencia o anclaje, siendo que "las preferen­
cias de los Individuos pueden seguir caminos
que hemos pasado, llegando incluso a afe­
distintos dependiendo de la forma en cómo se
rramos a ellas -com o un "ancla"- a efectos de
por alum nos de la Facultad juzgar nuevas situaciones o circunstancias que porcentaje de ahorro de energía sea mayor como
les presente la información y el contexto en que
aterrizan en decisiones del día a día.
la reciben. Por ejemplo, es más probable que el
Ahora bien, no debemos caer en el error de con­
resultado de una campaña que haga énfasis en
siderar al anclaje como la mera comparación de
las pérdidas que nos produce no apagar la luz,
en comparación a una campaña que señale las
experiencias. La tendencia a dar mayor peso a la
información disponible sobre un determinado
ganancias de hacerlo (la gente es más sensible
producto o servicio también puede considerar­
aunque objetivamente signifique lo mismo). Si el
se como "anclaje". Asimismo puede entenderse
Revista editada do consideramos la posibilidad de adquirir un a una pérdida de 100 que a un ahorro de 100,
gobierno quiere incentivar el ahorro de energía,
como"anclaje"a las ideas iniciales que tenemos
debe ser cauteloso al enfocar su política. El De­
sobre algo (pre-concepto); y que influyen cuan­
recho y Economía Conductual presta atención al
producto o servicio.
punto de referencia sobre el cual el individuo toma
Todo este conjunto de situaciones (experiencias, sus decisiones y sugiere la necesidad de conside­
rarlo en los modelos económicos que respaldan la
información e ideas preliminares) predisponen creación de normas"4.
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ADVOCATUS 3. ARIELY, Dan. Las Trampas del deseo. Editorial Ariel, 2008.

DRAGO, Mario y ROJAS, Carlos. "Derecho y Economía Conductual en Políticas Públicas de Prevención de Desastres: El
4.
Caso del Terremoto de Pisco". Tesis para la obtención del título de abogados. Lima, 2011, p. 75.

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