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¡PERDER PESO!
Perder Peso
Cómo perder peso y no recuperarlo.
Por Alan Freishtat
Cuando ya se nos viene encima el mes de Elul, y con Rosh Hashaná a la vuelta de la esquina, to-
dos estamos esforzándonos intensamente para mejorar. Como entrenador físico personal y co-
director de una clínica para perder peso, trato con el tema del cambio personal todos los días.
Cambiar el comportamiento es difícil, y para la gente que tiene sobrepeso, cambiar sus hábitos y el
modo en que piensan sobre la comida, la actividad y el ejercicio puede ser la tarea más dura de
todas.
Pero puede ser hecho.
Hoy en día, el sobrepeso y la obesidad son la causa principal de muchas enfermedades, como dia-
betes tipo 2, la esteatosis hepática (hígado graso), enfermedades cardíacas, muchos tipos de cán-
cer y una multitud de otros problemas de salud. De acuerdo al Centro para Control de Enfermeda-
des, el sobrepeso y la obesidad, en conjunto con la inactividad y un estilo de vida sedentario, son
la segunda causa de muerte evitable en Estados Unidos, pisándole los talones a la primera: fumar
cigarrillos.
Mantener tu peso en línea – y consecuentemente tu salud balanceada – es parte de un manda-
miento de la Torá: “Deberán cuidar mucho sus cuerpos…” (Deuteronomio 4:15).
50 calorías de más por día te harán aumentar casi 2,5 kilos por año.
En la mayoría de los casos, el aumento de peso ocurre durante un largo período de tiempo. No es
difícil consumir 50 calorías más de lo que necesitas o utilizas por día. Eso te haría aumentar casi
2,5 kilos por año. Mantente así por algunos años y te volverás obeso. Entonces, ¿cómo podemos
perder peso y no recuperarlo?
Cambiar los Malos Hábitos
Cada persona tiene sus propias tendencias en relación a la pérdida de peso, pero la regla general a
seguir es consumir menos calorías y gastar más.
Para perder peso y no recuperarlo necesitamos cambiar nuestros malos hábitos. La mayoría de la
gente que tiene sobrepeso y mal estado físico tiene dos cosas en común: comen lo que quieren
cuando quieren, y usualmente llevan un estilo de vida sedentario. Y como la mayoría de los malos
hábitos, estos han sido mantenidos por muchos, muchos años. Están arraigados dentro de nuestro
ser.
Leer sobre una dieta apropiada o consultar a un especialista sobre un programa de ejercicios ba-
lanceado y productivo es la parte fácil. Ejecutar el plan es otra cosa. Romper los hábitos que han
sido parte de tu vida por 30 o 40 años lleva mucho esfuerzo y un gran compromiso. Sin embargo,
esas modificaciones pueden cambiar tu calidad de vida.
Continua...