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La Rebelión de los Bolsillos Rotos
De la misma manera, Filón de Alejandría, siglos atrás, lo
diría de esta manera; la belleza de la riqueza no reside en la
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bolsa, sino en la ayuda que se preste a los indigentes
En estos términos, un camino propuesto para sanar la re-
lación con el dinero es el camino del agradecimiento y del
servicio, entendiendo este último como la capacidad de com-
partir (diferente a dar limosna para limpiar la conciencia o
para adquirir favores divinos) con los cercanos y lejanos. El
agradecimiento (que implica depender de otros) y el servicio
son propósitos mayores que le dan sentido al trabajo de ge-
nerar dinero. Cabe aquí otra aclaración debido a las interpre-
taciones que algunas personas pueden dar a este camino;
aquí no se pretenden recompensas de seres terrenales ni de
seres divinos, quien se decida a andar sus sendas es buscando
libertad.
Lo anterior se distancia de la ley de la siembra y cosecha,
tan aclamada en la teología de la prosperidad. El agradeci-
miento y el servicio nada tienen que ver con la recompensa.
No se sirve para esperar de parte de Dios una paga terrenal o
para ir abonando al pago de la morada celestial. Si lo que se
busca es la libertad, en este caso financiera, primero hay que
ser libres en el alma.
El camino del agradecimiento y el servicio permiten tra-
bajar por disminuir un gran mal para quien busca libertad; el
ego. Mal que se infla al aplicar la ley de la siembra y la
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