Page 150 - Armenia2015final.indd
P. 150

EN LAS
                                                                                          INSTALACIONES
                                                                                          DEL ANTIGUO
                                                                                          COLEGIO, EN
                                                                                          LA ACTUALIDAD
                                                                                          SE ALOJA UNA
                                                                                          ENTIDAD PARA
                                                                                          LAS PERSONAS
                                                                                          DE LA TERCERA
                                                                                          EDAD








        otro problema externo que debía sortear, como         y en la cotidianidad del pueblo, junto con su
        cuando Arturo Pineda, uno de los jóvenes aco-         hijo Atilio, pasaban momentos felices y no se
        modados del pueblo se enamoró de una de sus           perdían las matinés en el Cine lux. En ocasiones
        internas y ya no se conformaba con ponerle            y ya en sus 14 años de edad, lo acompañaba a las
        serenata, sino que un día interrumpió con su          cortas de café, pero como todo joven inquieto,
        caballo en la entrada de la institución, con          a veces no lo hacía pasar del campo de futbol y
        todas las intenciones de robarse a la muchacha.       como un padre amoroso disfrutaba verlo jugar.
           Mientras espoleaba el animal y pistola al              En el marco de esa cotidianidad, una noche
        cinto gritaba a los cuatro vientos: “No vengo         invernal que había cubierto de agua a todo el
        porque puedo, sino porque puedo vengo” y a            pueblo, tocaron a su puerta. Era un mensajero.
        gritos llamaba a la joven. Consuelo, con su           Por experiencia o presentimiento, sabía que
        inteligencia, hizo un hábil manejo de la situ-        cuando alguien recibe un telegrama en horas
        ación y nunca nadie volvió montado en una             nocturnas o de madrugada, con seguridad sería
        bestia a tocar a su puerta.                           una mala noticia.
           Para descansar de lo duro de esos problemas           María Consuelo abrió la puerta y allí frente
        y la administración del Colegio, María Con-           a ella estaba Julio Molina, el mensajero del
        suelo, compró una propiedad que lindaba con           telégrafo. Al verlo con su baja estatura com-
        el campo de futbol, ubicado cerca de la estación      prendió por qué algunos de sus alumnos le
        del Tren: La Finca “Los Ángeles”. En vacaciones       apodaban “meñique”, pero lo pasó de largo.
        y fines de semana disfrutaba de su propiedad,         Más le preocupaba el papelito que extendía en
        cultivada de mangos, jocotes y café.                  su mano. Y la verdad que su contenido cam-
           El terreno también producía abundante leña         bió todo de pronto: su hermana mayor había
        que se embodegaba para suplir las necesidades         muerto.
        en invierno. Igual no dejaba que la fruta se per-        Era el año de 1965. Sus parientes le pedían
        diera. Le encantaba, con sus tres empleadas,          que dejara todo y regresara al lado de ellos, la
        hacer conservas. Llegó a tener todo un cuarto         necesitaban como cabeza de familia. Hasta ese
        lleno de botes con jaleas que luego regalaba          momento, mientras releía el telegrama, cayó
        entre sus allegados, como el Padre Arnoldo            en la cuenta que habían transcurrido 45 años
        García.                                               desde el día que llegó a Armenia, con sus calles
           Don Rogelio también administraba la finca          polvorientas y postes con lámparas de carburo.


                                                         150
   145   146   147   148   149   150   151   152   153   154   155