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Tita; de allí vino una especie de hermandad
entre nuestras familias. Con mis cuatro añitos
pasaba en la farmacia. Por esa época vino su
primer hijo, Rafaelito, quien por colgarle desde
pequeño un colocho en la frente, le llamaron
toda su vida “El colocho”.
Doris Serrano su vecina de enfrente, sobre
este primer hijo, dice que “era muy consentido.
Recuerda que las primeras piñatas a las que fue
invitada fueron las que la niña Mirita organiz-
aba para sus hijos. Innovó las piñatas, fue la
primera que llevó al payaso Chocolate, antes
no se acostumbraba eso, era muy caro. Y nos
daba sorbetes. Nosotros solo asistíamos a las
de bolsitas de dulces y el tiesto
que se quebraba, pero las de ella
eran otra cosa”, acota.
Doris agrega. “Otra inno-
vación eran los adornos de su
casa, bien linda. Me prendé de
ABOGADO, LUIS ella por sus fiestas y sus piña-
SALMAN CORTEZ tas. Tenía mucho carisma y
era muy generosa, nunca la vi
triste”, asegura.
Si me enfermaba me hacía un “…la quería toda la gente
pastel con jalea de piña. Me –continua-, recuerdo que fue
enseñó a comer desde la más alguien en el pueblo que des-
sencilla verdura hasta el boca- bordó todo. Fue tan doloroso,
dillo más sofisticado”, afirma. triste, ver una muerte tan
Con el paso de los años, injusta, porque no tenía razón
mucha gente tiende a olvi- de ser y eso no lo aceptaba la
dar, pero Tita tiene presente población, por lo que ella fue y
como el primer día, sus prim- su modo de ser. Era una mujer
eros encuentros con la niña suave, solo la vi saludar y reírse,
Mirita, a pesar de sólo tener ABOGADO, JORGE nunca trató mal a un cliente de
en ese tiempo cuatro años. El COMANDARI DAVID su la farmacia, siempre detrás
almacén de su padre, Man- del mostrador ella atendía a la
uel Recinos, estaba a la par de gente”.
la Farmacia Nueva, propiedad del Dr. Rafael Una vez pasada la tragedia, vino la investi-
González Driotis. Ubicado en la esquina gación judicial. Con base en las pruebas recogi-
opuesta al parque, en la Calle Araujo. das y las declaraciones de testigos, a solicitud
Tita agrega a sus recuerdos que, “Hacía de los fiscales el juez de paz de Armenia, Mari-
unos helados deliciosos, de nance; de zapote; ano Recinos, decretó la detención de Rafael
vendía mangos tiernos pelados, mangos cur- Cortez Torres.
tidos, marañones congelados”. Según el informativo guardado en los archi-
“Ellos no vivían donde tenían el negocio, se vos del Juzgado de Armenia de mayo de 1961,
iban a su casa. Pero pasaban todo el día ahí. declararon las siguientes personas:
Y compartíamos la parte interior- recuerda Rosa Melida Hernández, Victoriano Mora,
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