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trato, y continué con mi sueño.                                                                        ESCUCHAR A UN CADAVER
               Han pasado once meses de un verdadero desafío, en los que he apren-
            dido a vencer miedos, obtener habilidades, convivir con los compañeros,
            brindar y solicitar apoyo en momentos difíciles y; especialmente, a man-                    Cuando empecé mi carrera como médico, sabía que mi actuar profe-
            tener la calma. Ahora mi nueva meta es acceder a un posgrado y seguir                     sional se enfocaría en el ser humano de manera integral, no solo a aquel
            en este arduo y largo camino de la medicina.                                              aquejado por un dolor o sufrimiento que busca un aliciente a su malestar,
                                                                                                      sino también a personas que buscan no enfermarse, lo que recibe el
                                                                                                      nombre de medicina preventiva; todo esto, con la convicción de prestar
                                   Autora: Md. Karen Alejandra Venegas López                          un servicio de manera inteligente y vocacional.
                                                                                                        Y como tal, ejecuté muchas actividades enfocadas en el tratamiento y
                                                                                                      en la prevención de una patología, sin embargo, no fue sino hasta cuando
                                                                                                      empecé la especialidad  de Medicina Forense, donde muchos de mis
                                                                                                      conocimientos teóricos y prácticas tomaron otro rumbo, un rumbo no
                                                                                                      planeado.
                                                                                                        El auscultar un órgano en búsqueda de algún sonido anómalo, con-
                                                                                                      firmar  un  diagnóstico  clínico  por  medio  de  una  imagen  o  examen  de
                                                                                                      laboratorio, sanar una dolencia en un paciente o recetar fármacos para
                                                                                                      determinada  enfermedad;  en  fin,  todo  un  conjunto  de  procedimientos
                                                                                                      enfocados a mantener a un paciente
                                                                                                      con salud y vida, fueron cambiados
                                                                                                      por otros enfocados hacia la investi-
                                                                                                      gación de la muerte.
                                                                                                        La  auscultación  o percusión  de
                                                                                                      una región  corporal  fue cambiada
                                                                                                      por un examen visual minucioso de
                                                                                                      un cuerpo humano carente de vida,
                                                                                                      los exámenes  de  laboratorio  o de
                                                                                                      imagen ahora tenían otro fin: escla-
                                                                                                      recer la causa de muerte de una per-
                                                                                                      sona que, momentos  antes, gozaba
                                                                                                      de una vida  plena.  Ya no buscaba
                                                                                                      aliviar la dolencia, sino dilucidar las
                                                                                                      circunstancias  que llevaron a que
                                                                                                      esa persona, ahora sea un cadáver.
                                                                                                        Fue muy diferente la primera vez
                                                                                                      que entré en un anfiteatro, como es-
                                                                                                      tudiante de medicina, con el fin de
                                                                                                      realizar  prácticas de disección, en
                                                                                                      cadáveres medianamente  conser-
                                                                                                      vados, para  aprender  de anatomía
                                                                                                      humana, sin ver más allá de lo que
                                                                                                      se me mostraba en la sala de di-
                                                                                                      sección. Nunca se me pasó por la
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