Page 173 - COLECCION HERNAN RIVERA MAS DOS CUENTOS
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Como un prodigioso espejismo en el desierto

               el  tren  atraviesa  el  mediodía  arrastrando  un


               vocinglero cargamento de pájaros; livianas jaulas

               de  mimbre  atiborradas  de  alondras,  jilgueros,

               loicas,  zorzales,  bandurrias,  canarios,  diucas,

               chincoles y de un cuanto hay de pájaros cantores


               al  sur  de  la  patria;  cientos  de  aves  de  todos  los

               plumajes  y  colores  que  en  una  alucinante

               algarabía  de  trinos  y  gorjeos  cruzan,  a  treinta

               kilómetros  por  hora,  el  paisaje  más  árido  del


               mundo.

                      «Es un enganche de pájaros», dicen los viejos,

               aludiendo  a  esos  hatos  de  campesinos  arreados


               periódicamente  desde  el  sur  del  país  con  la

               promesa ilusoria de que en las salitreras el dinero

               se cosecha a ras de suelo.


                      A la esposa del administrador de una oficina se

               le  antojó  tener  una  pajarera  gigante  en  sus






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