Page 39 - COLECCION HERNAN RIVERA MAS DOS CUENTOS
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Le dicen el Escritor de Epitafios, pero en verdad es
un ángel. Un ángel de café. Y como tal lleva una
apacible vida bajo el toldo de su café preferido,
apacible hasta la tarde en que ve pasar a la niña gótica
que le ha de trastocar la existencia para siempre; una
niña bella y delicada como sus guantes negros, de
encaje, sin dedos.
Con su libreta de apuntes dispuesta sobre la mesa,
sus lentes bifocales a media nariz y su tacita de té
enfriándose —infusión que Alejandra, la mesera que lo
atiende, le prepara en cuanto lo ve llegar (el tinte color
violín y medio terrón de azúcar)—, el Escritor de
Epitafios se pasa la mayor parte del día en la terraza del
café del Centro, en el centro de la ciudad. A veces solo,
a veces en compañía de sus amigos, los artistas.
Sentado invariablemente en el mismo sitio y siempre
en la misma postura —un brazo acodado en la mesa y
la mano sosteniendo la barbilla—, se le puede ver
sumergido en la composición de sus textos angélicos, o
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