Page 28 - Visiones de Alejandria | 3ra edicion | Editorial HL 2019
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Editorial HL | Literatura Moderna
Por aquellos días, me tocó presenciar como un elefante mataba a su cría a pisotones
mientras esta dormía, justamente después de amamantarlo; evidentemente porque se
sentía amenazada por su pequeña hembra. Fue terrible, yo dormía cuando se
escucharon los chillidos por todo el campamento, era muy de madrugada y ninguno de
mis hombres ni yo pudimos hacer nada para salvarla, además, estábamos muy
cansados después de la orgia que organiza después del funeral de mi amada.
Porque como les dije, en aquellos días yo pensaba de otra manera y esa orgia era
necesaria.
Aquella semana me quede pensando, reflexionando absolutamente todo, tomando
decisiones, hasta que finalmente tras otra semana más de duelo, comencé a rechazar e
ignorar las ordenes de mis superiores, enfocándome en tener sexo, leer y meditar,
poco a poco perdí el control del campamento. Permitiendo fiestas, dejando a otros a
cargo de las insignias, solamente sellando órdenes de compra para toneles de vino y
placeres, así sin miramientos hasta que se vaciaron los recursos para la manutención
de algunas centurias, desembocando en riñas, violencia y un escenario digno de una
película de Tarantino, que no tardó más de dos semanas (a mí me pareció un mes) en
ser detenido por una legión enviada a mi campamento con antorchas, espadas y
látigos para alinearnos a todos, en especial a mí, de quien tenían referencia directa del
Cesar, Tiberio; que quería verme y abofetearme personalmente (según decían algunos
mientras me buscaban) por haberle hecho gemir a una prostituta (que también se
acostó con el) que yo era más viril que el cesar, jajaja…
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