Page 31 - Visiones de Alejandria | 3ra edicion | Editorial HL 2019
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Editorial HL | Literatura Moderna
Parte I | Desierto
Mis mayores siempre dijeron que los dioses tenían sus límites, así como las
capacidades de los seres humanos, de tal forma que cuando logre ver por primera vez
lo que los demás no podían, me sentí superior. No quería aceptar la muerte igual que
todos los demás, admito anhele más allá de lo que necesite y por eso renuncie al amor,
a mi buena posición en Roma y me fui a Egipto.
Atravesando a solas, di mis primeros pasos sobre la arena, libre de ropas finas, apenas
una túnica blanca que en dos días se volvió tono hueso y una cantimplora con unos dos
litros de agua natural.
Así entre con mis sandalias de la legión debajo del manto, sintiendo el clima denso
apenas camine los primeros metros. Y mire al sol, apenas unos segundos
envalentonado, solo me reí de mí mismo y empezase la marca, que no paro hasta dos
puestas de sol después, que me detuve a orinar y beber un solo trago de agua, sin
parar andaba, pensando primero en mi amada, luego en mis aventuras con los amigos
y así conforme pasaban las horas iba repasando mentalmente, capítulos de mi infancia
y juventud, desde mi primera pelea, hasta la última, desde los entrenamientos, con
mis compañeros, a todos los veo, en la escuela, en el rio, afuera de mi casa
buscándome para una hora de diversión, así de esa manera los recordaba mientras
andaba en el desierto, todo asustado las primeras noches, aclimatándome al frio, con
un terrible dolor de estómago que después desapareció, y me retorcí de miedo y
felicidad la tarde en que caí en un arenal y logre salir.
Así de milagro me sabe varias veces, varios días en ese desierto.
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