Page 42 - Visiones de Alejandria | 3ra edicion | Editorial HL 2019
P. 42

Editorial HL | Literatura Moderna


                  ahí  se  podían  ver  cartílagos  tirados  con  despecho  afuera  de  sus  tumbas,  caninos  y


                  cráneos  incluso  desenterrados,  en  absoluto  un  paisaje  creado  por  profanadores  de

                  tumbas de toda clase, muy comunes y vulgares para mi gusto…



                  Pero bueno, en el panteón había también piletas de agua a medio llenar con plagas


                  volando  en  su  superficie,  y  yo  siempre  imaginaba  al  pasar  como  si  debajo  de  esos


                  pozos artificiales vivieran sirenas de hueso y carne ardiente. Mas nunca me dio miedo

                  andar ahí, sino todo lo contrario. Amaba las cruces, los más adornos improvisados y el


                  silencio  que  siempre  daba  paso  a  más  sitios  de  enterramiento,  desde  las  simples


                  lapidas  grabadas  a  mano  con  los  nombres  de  los  hijos  de  algunos,  hasta  grandes

                  bloques  de  mármol  en  formas  de  obelisco,  incluso  recuerdo  que  había  formas  de


                  tamaño  real  que  representaban  al  ser  que  ahí  descansaba,  ya  saben,  les  hablo  del


                  cementerio dimensional de Rockhills…



                  Así le llaman ahora los sacerdotes que lo quieren quitar y los cuerpos exhumar.


                  Sin  embargo,  eso  ya  no  es  asunto  mío,  porque  mi  tiempo  ahí  fue  genial,  y  ahora,


                  quedara  impreso  aquí,  en  sus  mentes,  en  estas  páginas  y  en  las  memorias  de  los


                  dragomanes que lo manejaran en su momento. Gracias a todos.



                  A mis amigos y a mí nos encantaba ese cementerio, por el sencillo hecho de que de

                  noche todo ahí era más confuso y más frio que en ningún otro lugar, incluyendo su


                  aroma, idéntico al del Éufrates; mas el cementerio Rokhills en su lado profundo no era


                  bello como en el rio, sino más bien siniestro, siempre de noche, sí..., era muy obscuro

                  en algunas partes porque los arboles de la vida que ahí reciben a los muertos cubren


                  todo el cielo con sus copas.







                                                            42
   37   38   39   40   41   42   43   44   45   46   47