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misionera.
Cuando asume el pontificado la Evangelii Nuntiandi y Aparecida darán
un nuevo rostro en la historia de la Iglesia universal. La espiritualidad y
la teología de la Iglesia latinoamericana traslada su misión continental
a una misión universal, y la Evangelii Gaudium se constituye en una
hoja de ruta que asume los preceptos de Aparecida.
Todo esto lo hemos visto en los cuatro años de su pontificado: los
pobres, vivir en salida, el pueblo como sujeto de sus decisiones, la
renovación política reconectándola con el pueblo y su fe, la familia, la
vida consagrada, la misericordia, los jóvenes, el ecumenismo…
El año de la misericordia fue como una herramienta de conversión
pastoral y misionera y recoge como colofón el de sentirnos llamados a
crear una verdadera revolución cultural propia de gestos simples: la de
la cultura de la misericordia.
UNA ESPERANZA QUE SE VA HACIENDO
REALIDAD
El proyecto transformador del Papa Francisco no ha pasado desaper-
cibido en el mundo y ha motivado a los cristianos a cambiar y a ser
más coherentes con el mensaje evangélico, para acompañar al Papa
en su voz pacifista, en el cuidado del medio ambiente, de cercanía con
las “víctimas” de las esclavitudes modernas de la droga, la trata de
personas y el trabajo esclavo, y en la lucha contra las desigualdades
sociales, el narcotráfico y la corrupción.
En estos cuatro años de pontificado, Francisco ha tendido puentes
para la paz y el encuentro entre naciones históricamente enemistadas.
Tal el caso de Estados Unidos y Cuba que, por la mediación papal, de-
rribaron los muros tras más de cinco décadas de tensiones y bloqueo
comercial a la isla.
La situación de los migrantes ha sido una preocupación permanente
del Papa desde su primer viaje a la isla italiana de Lampedusa, donde
denunció la “globalización de la indiferencia” y más recurrentemente
cuando Europa no recibe o expulsa a cientos de desplazados sirios
y africanos que huyen de las guerras intestinas y la persecución del
terrorismo islámicos
Su voz constantemente lanza un fuerte pedido a la Iglesia a que se
abran las puertas y se salga afuera. “Nos anima e invita al gozo del
Evangelio, a salir al encuentro de los más alejados y a concebir a la
Iglesia como un hospital de campaña.