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Papa Francisco nos pide apostar por el pueblo para “refundar los vín-
culos sociales, apelar a la ética de la solidaridad, y generar una cultura
del encuentro capaz de frenar la cultura fragmentada y excluyente de
la globalización”.

DE APARECIDA A LA ALEGRÍA DEL EVANGELIO

Francisco llevó a la Cátedra de Pedro en Roma, la experiencia de la
Iglesia latinoamericana según lo vivido, dialogado orado, reflexionado
y formulado, en la quinta conferencia de “Aparecida”. Se puede afirmar
que, en Roma, Francisco universalizó el espíritu de Aparecida a toda
la Iglesia con la exhortación apostólica “La alegría del Evangelio” y
con su Pontificado, que es un llamado constante, especialmente con
gestos a la conversión personal, pastoral e institucional.

Francisco rescata el ideal de Jesús y nos presenta la Iglesia que
construye y que debemos experimentar:

Puertas abiertas. De una Iglesia fuerte, distante, fría, acartonada,
miedosa, reaccionaria… a una Iglesia de puertas abiertas, pobre, sen-
cilla.

Oler a evangelio. De una Iglesia moralista obsesionada por el pecado
a una Iglesia que difunde el olor del evangelio, se centra en Jesucristo.

Hospital de campaña. De una Iglesia centrada en el pecado y que
ha hecho una tortura del sacramento de la confesión… a una Iglesia
hospital de campaña, Iglesia de la misericordia de Dios

Iglesia de los pobres. De una Iglesia centrada en ella misma… a una
Iglesia de los pobres preocupada ante todo del dolor y del sufrimiento
humano.

Salir a la calle. De una Iglesia centrada en sí misma… a una Iglesia
que sale a la calle.

Dialogo. De una Iglesia que discrimina a los que piensan diferente… a
una Iglesia del diálogo que respeta a los que siguen su propia concien-
cia.

Sin nostalgia del pasado. De una Iglesia con tendencia restauracion-
cita…a una Iglesia que considera que el Vaticano II es irreversible.