Page 11 - Recorplay 147 Digital
P. 11
Richard Coleman
poco relegada. Desde Talking Heads o Blondie al pospunk de Gang of Four o
el funk blanco, el funk mal hecho, urgente y ansioso. A mí me cabe ese funk
porque yo tampoco tengo esa cadencia negra natural. Me encontré con eso que
yo había abandonado a fines de los 80 y ahí me doy cuenta que esa música
no necesita a la canción como historia sino que con una parte A y una parte B
y las palabras puestas inteligentemente pueden ser unidades independientes.
En todos los versos puedo decir cosas distintas y no tienen que tener un hilo,
un relato unificado. Entonces me puse a componer desde la batería y el bajo.
Agarré el bajo, programé unas baterías e hice una secuencia de cinco o seis
demos en un período de un mes hasta que me empezó a salir algo que me
gustó: “Días futuros”, “F-A-C-I-L” y “El agua no se puede ver” y luego empecé
a escribir las letras ya con la lapicera floja, fluyó, se destapó la pluma.
¿Y la incorporación de Juan Blas Caballero como productor?
En el 2016 fui formalmente a pedirle que el disco sonara de determinada
manera. Por un lado quería embellecer las canciones desde la forma pero por
el otro necesitaba un audio con grano que no estaba escuchando en mis discos
anteriores, bajo y batería como una piña al estómago y la voz… El resto que
se vaya descubriendo. Ese fue el planteo inicial con Juan Blas.
¿Cómo fuiste llamando a los músicos que tocan en el álbum?
El primero al que llamo siempre es a Dany Castro, por más que yo toque los
bajos en los demos. Yo lo necesito a Dany porque él toca como nadie, entiende
mi música y me gusta cuando sonríe y me dice que la línea de bajo que hice
le parece buena. A Gonzalo Córdoba le muestro los temas y él es como la otra
voz de la banda, es el otro guitarrista. Yo tengo mi estilo pero la otra voz es
la guitarra de Gonzalo. Entonces, o le dejo lugar para que resuelva o le doy la
parte hecha para que la mejore. Sé lo que espero de cada músico y les dejo
lugar para su propia creatividad, una combinación de cosas y de confiar en las
cualidades de cada uno.