Page 161 - METAFÍSICA 4 en 1 edicion 1 y 2
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pastando las ovejas. Pero Samuel le dijo que x lo trajera, y al verlo dijo: "Este es". Lo ungió,
lo bendijo, lo consagró.
El rey de Israel era Saúl. Estaban en guerra contra los Filisteos, que los tenían muy
embromados. Uno de los campeones del ejército Filisteo era un hombre gigantesco que se
llamaba Goliat, y una vez, estando su ejército apostado en una colina y Ve dominar los
israelitas avanzó Goliat vestido con su.: armaduras y con su escudero, y les dijo a los
israelitas: "Y para qué van ustedes a luchar contra nosotros? No saben que de todos modos
los vamos a destrozar? Manden a un hombre. Al más hombre de todos ustedes, a que luche
conmigo y vamos ver que pasa. Y así decidiremos esta batalla sin que los exterminemos a
todos". Por supuesto, esto causó mucha consternación. Saúl y sus escuadrones se llenaron
de miedo. Porque ganaría Goliat y haría esclavos a todos.
Los tres hijos mayores de Isaí, estaban en el ejército, y su padre había mandado a
David, a que los fuera a ver y llevarles comida, a saludarlos, en fin que le trajera noticias de
sus muchachos, David, llegó en momentos en que el gigantón aquel estaba retando y
desafiando a Israel. Los hermanos hicieron lo que haría cualquier hermano mayor con el
más pequeño. "Qué vienes tú a hacer aquí? ¿Y con quién has dejado aquellas cuatro ovejas
que te ha entregado papá? No has venido sino por la curiosidad de ver qué va a pasar en
este desastre. Anda y vete para tu casa".
Y David contestó lo que contestaría cualquier muchacho treceañero: "Bueno y qué he
hecho yo? Yo no he hecho nada sino hablar para que me salgan ahora regañándome" Y se
fue de allí bravo. Caminandito por aquí y por allá entre los hombres, oyó lo que se discutía.
Todo el mundo estaba preocupadísimo con el asunto del desafío y muchos exclamaban: "Ay
si hubiera alguien !o suficiente fuerte para matar a Goliat" "Dígame Ud., qué no le daría el
rey Saúl al que nos librara de ese hombre".
Y David, con toda la arrogancia de un muchacho adolescente anunció que él podía
matar al gigantón. Se rieron y se burlaron de él, pero no faltó quien le contara al rey, como
una gracia, al alarde del muchacho. Lo cierto es que a Saúl, le interesó lo que le contaron y
mandó a llamar a David. La escena es tal cual lo que uno se puede imaginar. El rey le
contestó al chico en tono cariñoso: "No podes tú ir contra aquel filisteo para pelear con él,
porque eres un mocito y él es un hombre de guerra desde su mocedad", palabras de la
Biblia, pero el muchacho no iba quedarse; así le arguyó al rey diciéndole que cuando él
apacentaba las ovejas de su papá, muchas veces se había tenido que enfrentar s un oso y
hasta a un león; y que él había tenido que arrancarles las ovejas de la boca. Tanto habló de
la forma en que él agarraba los animales y les abría las quijadas, que el rey al fin le dijo, tal
vez por salir de él: "Anda pues; y que Dios te acompañe".
El relato bíblico cuenta que los soldados le pusieron armaduras, espadas, yelmo de
bronce, etc., hasta el punto que el muchacho no pudo dar un paso al ensayar caminar. Se
divertían con esto pero el chico lo creía en serio, y al fin dijo a Saúl: "Yo no puedo moverme
con todo esto porque no estoy acostumbrado, y se las quitó".
El asunto parecía haber terminado y ya nadie haría más caso. El chico se acercó al
arroyo y recogió cinco piedras lisas y las metió en su bolsa. Luego se fue acercando al
gigante quien esperaba junto con su escudero la respuesta de los israelitas.
Este vio al muchacho pero no le hizo caso ni siquiera. Un tal chipilín rubio y bonito no
merecía sino ser espantado para que no fastidiara, pero el chico lo provocó. Lo molestó y
fastidió hasta que el gigante lo amenazó para que se quitara de en medio. David lo
amenazaba con un bastón y Goliat le dijo: "Soy acaso un perro para que me amenaces con
un palo?, dicho hasta en tono de burla, "Ven acá y verás como te arranco tus carnes y se
las echo a los zamuros". Y el muchacho le respondió, plantado frente a él, y con actitud
envalentonada: "Te vienes contra mí con espada, con lanza y venablo. En cambio yo me
enfrento a ti- en nombre de Jehová de los Ejércitos, el Dios de los Escuadrones de Israel, a
quien tú has desafiado; `Pues mira' Yo te voy a cortar la cabeza. Y voy a tirar los cadáveres
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