Page 163 - METAFÍSICA 4 en 1 edicion 1 y 2
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La conciencia francamente astral es aquella que cree firmemente en la comunicación
con los muertos; que la busca, la acostumbra, que le confía todos sus problemas a los
espíritus, sigue todos los consejos que recibe por este conducto, y le encantan todas las
manifestaciones espiritistas como las materializaciones, los aportes, las apariencias, etc.
La conciencia espiritual, en cambio, no está satisfecha con guías y consejos de segunda
mano. Busca dirección en el espíritu en lugar de en los espíritus, en el Cristo interior, única
dirección segura porque es el Cristo interior porque es el representante directo del Dios
vivo, y sabe lo que le conviene a él particularmente, exclusivamente, aunque en perfecta
armonía con todo el universo.
Entre las dos conciencias, la conciencia astral y la conciencia material, francamente es
preferible la conciencia material, porque ella está concernida, ocupada totalmente en el
asunto que le atañe aquí en el plano, en su condición física. No así la conciencia astral que
procura mezclar las condiciones de los dos planos, el astral y el físico, lo cual no trae sino
confusión, frustración y estancamiento. Los espíritus que viven en las condiciones del plano
astral, por mejor voluntad que tengan; por más buenos y nobles que sean, no pueden dar
consejos físicos. Es como si los humanos trataran de resolverles sus problemas astrales a
los habitantes de ese plano. Y a pesar de que se alegue que ellos conocen las condiciones
terrenas porque pasaron por ellas, las experiencias que ellos tuvieron en la carne y en la
tierra, al efectuarse la transición de estas condiciones a aquéllas, comienzan á
transmutarse, a dirigirse, a olvidarse y la conciencia del individuo se diluye en tal forma que
equivale al ejemplo siguiente: Tenemos un individuo que se cambia de país. Digamos que
se va de su tierra tropical a vivir a Escocia, y que a los muchos años de vivir allí, entre
montañas rocosas, estériles, entre nieblas, entre caracteres reservados, en condiciones que
requieren calefacción, idioma extraño, carne de chivo, toque de gaitata Creen ustedes que
cuando ya e'1 se haya amoldado y transformado a aquel ambiente, pueda dar una ayuda
efectiva a un problema que se le consulte por carta, un problema de carácter tropical,
regional, de una actualidad que él no está palpando? No, ¿verdad? La ayuda o el consejo
que daría sería teñido todo con los. colores de su vida escocesa, que constituye un mundo
distinto al mundo tropical. Esa es la diferencia. El astral es un mundo, éste es otro.
Los reyes de la Biblia, representan cada uno un estado de conciencia diferente.
Cesando leas la Biblia y te encuentres con un rey, ese rey te representa a tí. Eres tú, y te
revela tu estado de conciencia del momento. Al abrir la Biblia, por ley de atracción, te
encuentras tú.
Saúl, fue el primer rey que tuvo Israel. Antes de Saúl, Israel era gobernada por Jueces,
de acuerdo con la disposición que había dejado Moisés, pero los israelitas comenzaron a
pedir un rey. Ansiaban llevar la vida que veían en los reinos, creían más libres bajo un rey.
Aquí está la clave del simbolismo de Saúl, la voluntad de libertad, el deseo de quitarse de
encima las cadenas que obligan dominarse. El significado metafísico del nombre Saúl es:
Deseado, reclamado. Y la definición es: La acción de la voluntad en lograr aquello que
desea..
Saúl, era una especie de llanero. Un hombre de las pampas o "cowboy". Fíjense como
su condición humana concuerda con el símbolo que representa. El andaba buscando un
arreo de mulas perteneciente a su padre y que se había espantado y regado por el campo y
no habiéndolas podido encontrar entró a consultar a Samuel, el profeta, quien tenía fama de
encontrar las cosas perdidas. Samuel, era pues un medium. Es notorio en los hombres de
los llanos y praderas, que pasan su vida trabajando entre ganado y bestias, lo superticioso
que son y lo adictos a los cuentos de aparecidos y espíritus. Son de conciencia astral, que
es una conciencia típica de las razas primitivas, de poca evolución. Es una conciencia casi
natural, de todo el que vive muy cerca de la naturaleza, que observa sus fenómenos y los
interpreta a su manera.
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