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EL AMOR Y EL ODIO

               lloran y se dan de cabeza contra las piedras. Uno debe esforzarse
               para ver el final del asunto desde el principio, para que después
               no tenga que lamentar el resultado.”
                   La base de la vida mundana consiste en figuras de
               imaginación, de sentimientos y pensamientos que llevan a la
               acción. Los seres humanos, por su propia naturaleza, son dados
               a oscilaciones entre el amor y el odio. En cambio los Profetas y
               los siervos justos son los soles que sitúan a la existencia en su
               órbita adecuada. Llenan de vida los corazones humanos que
               estaban muertos igual que las fuentes llenan la tierra de vida.
               Vuelven sus corazones hacia Allah después de haberlos llenado
               del conocimiento Divino. Su luz orienta a la humanidad hacia
               el propósito que le ha sido prescrito, haciendo posible, de esta
               manera, que encuentre la satisfacción total.

                   Este mundo de diversidad y pluralidad llegó a existir en la
               pre-eternidad a causa del amor. De entre todo lo creado, los seres
               humanos y los yinn han sido formados de tal manera que su
               necesidad de amor solamente puede hallar satisfacción en el amor
               de Allah. Los seres humanos se encuentran, de hecho, en exilio si
               tenemos en cuenta su proveniencia. Su dolor y añoranza solamente
               alcanzan la cura en el profundo y duradero amor de Allah.
                   Rumi (ﻩﺮﺳ ﺱﺪﻗ) dijo: “Los Profetas y los siervos veraces de Allah,
               son como soles velados por la máscara de la humanidad. Uno
               debe busca refugio en ellos para escapar de la esclavitud de la
               carne y de las cosas pasajeras de este mundo.”

                   Un discípulo vino a hablar con Bayazid Bestami y le pidió
               consejo:
                   - Recomiéndame un acto que me acerque al Señor.
                   Bayazid le aconsejó de la siguiente manera:
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