Page 241 - BI TESTI SU.indd
P. 241

LÁGRIMAS DEL CORAZÓN

                  puede identificar a un corrupto por la oscuridad que desprende
                  su semblante.
                      La mirada de un maestro espiritual atrae el corazón como
                  si fuera un imán siempre que haya inclinación hacia la verdad
                  y sabiduría Divina. El poder de la mirada proviene de su apego
                  a los Compañeros del Profeta Muhammad (r) y a los creyentes
                  veraces. El maestro espiritual es aquel que ha conformado su
                  vida a la vida de los mejores ejemplos de comportamiento que
                  encontramos en el Islam. Unos a otros se asemejan. El Mensajero
                  de Allah (r) era tan puro y refinado que su cuerpo entero era luz
                  Divina; su rostro tenía el resplandor de la luna llena.
                      Suleyman Celebi lo ha expresado en la siguiente estrofa:

                      “Su cuerpo era todo luz,
                      la luz manifiesta; la luz no tiene sombra.”

                      El guía espiritual de Paquistán, Muhammad Iqbal, visitó en
                  una ocasión a los peregrinos que acababan de volver de Medina.
                  Durante la conversación que mantuvo con ellos les hizo las
                  siguientes preguntas:

                      “¡Habéis visitado Medina! ¿Qué regalos habéis adquirido en
                  el mercado de Medina? Los regalos materiales que habéis traído,
                  como las alfombras y los gorros, se desteñirán y se desgastarán.
                  ¿Qué otros regalos habéis traído que nunca se destiñan ni
                  desgasten, y que aviven constantemente el corazón?
                      ¿Están entre esos regalos la lealtad y sumisión de Abu Bakr,
                  la justicia de Umar, la fe y el recato de Uzman, la sabiduría y la
                  fuerza de Ali? ¿Podemos hacer que el mundo musulmán de hoy,
                  que sufre de tantos males, vibre como en los tiempos felices del
                  Profeta (r)?”
              240
   236   237   238   239   240   241   242   243   244   245   246