Page 239 - BI TESTI SU.indd
P. 239

LÁGRIMAS DEL CORAZÓN

                      El embajador se quedó sumamente intrigado por aquellas
                  palabras. Dejó su caballo y los regalos que lleva consigo, y comenzó
                  a buscar al Gran Umar al – Faruq (t). Siguió preguntando a la
                  gente y, mientras recorría las calles de la ciudad en busca de la
                  casa del Califa Umar, se iba diciendo a sí mismo:

                      ‘¿Quiere esto decir que existe un rey así? Está oculto a la
                  vista, como el alma.’

                      Una beduina se acercó al embajador y le dijo: ‘Allí está el
                  que estás buscando, durmiendo bajó esa palmera. Mientras
                  todo el mundo duerme en sus camas, él lo hace en el suelo. Ve y
                  comprobarás que debajo de esa palmera está el zil al – ilahi.’ 27
                      Cuando el embajador vio a Umar (t) dormido en el suelo,
                  sintió una gran admiración y temor. Son dos sentimientos
                  opuestos pero el embajador, en esta ocasión, los sintió como si se
                  hubieran unificado en su corazón. Se dijo a sí mismo:

                      ‘He visto a muchos emperadores y siempre me he ganado su
                  aprecio. Nunca me he sentido así ante ellos; y sin embargo, ahora
                  esos sentimientos se han apoderado de mí en presencia de este
                  hombre.

                      Duerme en el suelo sin guardias que le protejan. ¿Qué puede
                  significar esto? ¿Cómo puedo entenderlo? Puede que este temor
                  sea de Allah. Puede que no provenga del hombre vestido con
                  tosca lana.’
                      Mientras estos pensamientos pasaban por la mente del
                  embajador, Umar (t) se despertó. El embajador le saludó con
                  gran cortesía, y Umar (t) le devolvió el saludo. Después de las
                  salutaciones, le admitió en su palacio interior y le transmitió

                      27   La Sombra Divina.
              238
   234   235   236   237   238   239   240   241   242   243   244