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LÁGRIMAS DEL CORAZÓN

                      “La aflicción es una brisa bendita que sopla sobre el espejo
                  del corazón para quitar de él el polvo. No la compares nunca con
                  los vientos dañinos.”
                      “En este camino del amor solamente se acuerda de mí la
                  tristeza. Le doy mil gracias.”
                      Otro poeta que entendió este secreto intentó explicarlo en
                  las estrofas que citamos a continuación. Este poema nos dice
                  que todo lo que viene del Amado es una bendición. Incluso la
                  aflicción existe por miles de buenas razones. Las ha preparado
                  el Amado para distinguir entre los falsos amantes, cuyo único
                  capital consiste en pretender y hablar, y los amantes verdaderos
                  que se pierden en Él:
                      “La descortesía del Amado es meramente la expresión de
                  lealtad, no de crueldad.

                      El que tacha al Amado de descortés no es amante
                  verdadero.”

                      Es así porque las tristezas y el dolor que la gente común
                  percibe como castigos son de hecho dones Divinos a los ojos del
                  amante de Allah. Los corazones tristes se acuerdan más de Allah y
                  se nutren de la fuente de sumisión. Y Allah bendice sus corazones
                  con la felicidad duradera, concediéndoles excepcionales regalos a
                  causa de su dependencia e intimidad espiritual.

                      Basándose en esta verdad esencial, Rumi (ﻩﺮﺳ ﺱﺪﻗ) advierte a los
                  buscadores de la verdad:

                      “¡Oh ruiseñor! ¿Cuánto tiempo más te vas a lamentar porque
                  es invierno? ¡Oh ruiseñor! ¿Crees que es correcto llorar tanto
                  por nada? Si tu corazón pertenece realmente al Amado, abre
                  los ojos y agradece. Recuerda la lealtad. Habla de la rosa, no del
                  rosal. Olvida las raíces y el cuerpo de la rosa, concéntrate en su
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