Page 303 - LIBRO ERNESTO
P. 303

Capítulo 13



               En el grupo de mediocampistas, es inolvidable la presencia del uruguayo
               Eduardo De María. ‘El Gordo’, así le decían, era un jugador de gran
               temperamento. Sabía todo, de lo bueno y de lo malo. Era canchero,
               metedor, protestón, aguerrido, y tenía buena técnica y manejo. Ese
               tipo de jugadores eran los que quería en mis equipos. Aquellos que no
               se arrugaban en ninguna circunstancia.


               Y está el argentino Santiago Alé, un patrón de la mitad de la cancha.
               Fue un patrón como pocos. Jugaba con lentitud, pero metía pelotazos
               venenosos por el ojo de una aguja.


               Y que decir de Oscar Milber Barreto, un jugadorazo, como el ‘Tano’
               Francisco Bertochi, un excepcional número ‘10’, que regaló poemas de
               gol y el título de campeón a LDU en 1969.


               En Liga también me impresionó Alex Escobar, no ganó títulos
               importantes, pero el colombiano tenía una fenomenal gambeta y
               una claridad para espiar los claros y levantar a la tribuna alba, que lo
               aplaudía a rabiar. Un escaño especial es para Carlos Ernesto Berrueta.
               Fenomenal, cañonero con ambas piernas, tranco largo, visión
               panorámica, organizador y goleador. Con semejantes facultades estaba
               para jugar en Europa. Despilfarró su capacidad, con una inconsciencia,
               que me partió el alma. Lo rescaté de la oscuridad en 1987, pero estaba
               visto que siempre le gustó caminar a contramano.





















               Los viajes del balón y el encuentro con Moacyr Pinto, crack brasileño que jugó en Barcelona.

                                                Memorias de un triunfador  303
   298   299   300   301   302   303   304   305   306   307   308