Page 304 - LIBRO ERNESTO
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Ernesto Guerra Galarza
En Barcelona han jugado incontables cracks: Moacyr Claudinho
Pinto, que fue campeón del mundo con Brasil en el Mundial de Suecia
1958; Pepe Paes, Pedro ‘Perico’ León, Gerson Texeira, ‘La Pepona’
Reinaldi, Víctor Epanhor, Severino Vasconcelos, Jair Goncálves,
Marcelo Trobbiani, Rubén Darío Insúa, Marcelo ‘Pepo’ Morales, Janio
Pinto, Alcides de Oliveira, Gerardo ‘Tata’ Martino, Jaime Pizarro,
Marco ‘Diablo’ Etcheverry, Rubén Capria, el ‘Mago’ que extravió todos
sus números de fantasía en Buenos Aires. Todos nombres rutilantes.
Varios fueron luz de triunfos. Otros solo vivieron de su pasado ilustre,
es que no siempre es garantía de éxito comprar a jugadores famosos.
Delanteros han llegado a granel. Desde los tiempos de Masucchio y
el ‘Dibujante’ Carlos Guzmán para arriba. Están Horacio ‘Tanque’
Romero, Helio Cruz, Tiriza, Pedro ‘Jet’ Álvarez, Luis Alberto Vera,
Mario Enrique Raffart, Víctor Manuel Batainni, Carlos Ríos, Juan
Manuel Bazurko, Paulo César, Luis María Orlando, Carlos Alejandro
Alfaro Moreno, ‘El Palomo’ Usuriaga, Anthony de Ávila, hasta cerrar
con el ‘Taca’ Bieler, que fue el agente de triunfo de Liga en la Copa
Libertadores y en la Sudamericana.
Así formaría mi once ideal de extranjeros: Luis Aguerre en el marco;
José Romanelly, Héctor de los Santos, Luis de Carlos y José María Píriz
en la retaguardia; Eduardo De María, Santiago Alé, Carlos Ernesto
Berrueta y Oscar Milber Barreto en la media cancha; Víctor Manuel
Batainni y Francisco Bertochi en la vanguardia. Un equipazo.
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