Page 79 - LIBRO ERNESTO

Capítulo 4

EL pRiMER pAQUETAzO

En 1955, Marcelo García que era de nacionalidad argentina y jugaba
como back central en Aucas fue a su país y trajo a ocho compatriotas
que fueron repartidos en los diferentes equipos de Pichincha. La
historia sería como tantas otras que se han producido en el fútbol
ecuatoriano a lo largo del tiempo. Sólo que esta da cuenta del
aterrizaje del ‘primer paquete’ en nuestro país.

Se trataba de Rivadeo, un hombre que tenía melena de artista y
portaba una vincha para que no se le caiga sobre el rostro su abun-
dante y bien perfilada cabellera. Contrastaba y llamaba la atención
su look, porque nosotros usábamos el cabello cortito. Melena apar-
te, poco a poco nos ibamos dando cuenta de que no era jugador de
fútbol. Un día se pateó el mismo, sin bola ni nada. Ni siquiera sabía
amarrarse los zapatos. Cuentan los que conocían esta farsa con lujo
de detalles, que su hermana era enamorada de Marcelo García y que
el nexo del compromiso sentimental obligó al zaguero que jugaba
en Aucas y que se había encargado de escoger y traer la troupé de
foráneos, a consumar el primer engaño del que se tiene memoria en
el fútbol de Quito.

Fue el ‘primer autogol’, o el ‘pri-
mer gol desde la mitad de la can-
cha’, parafraseando con ejemplos
futboleros. Después, en grandes
cantidades y hasta ahora, en una
mínima cuota, siguen llegando
‘paquetes envueltos en papel de
regalo y con zapatos de fútbol’.
Pululan muchos avivatos con
el cartel de empresarios. Varios
sostienen, que los agentes de fut-
bolistas, salvo honrosas excep-
ciones, son el ‘cáncer del fútbol’.
Sino pregúntele que concepto Un trío de novela. 'El Dibujante' Guzmán,
tiene al respecto, ese notable di- Modesto Salinas y Ernesto Guerra.

Memorias de un triunfador 79