Page 173 - Pacto de silencio
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diciembre de 1981.
Para completar la investigación es imprescindible estudiar la epidemia en las
provincias de Ávila, Falencia, León y Valladolid, pero todavía no ha sido posible la
realización de esta parte de nuestro programa.
EL TOXICO.
Hasta mediados del mes de junio el objeto de nuestra investigación era el agente
productor de la enfermedad a través del alimento que lo hacía llegar al aparato
digestivo de los que iban a ser los afectados por este proceso tóxico.
A partir del 30 de junio, momento en el que rechazamos el aceite como posible
vehículo de la causa y dado que todas las encuestas realizadas habían demostrado
que el agente etiológico se encontraba en la ensalada y puesto que ya hablamos
estudiado y eliminado la lechuga, iniciamos la investigación alrededor del vinagre ya
que existen ciertos fraudes que quizás pudieran tener alguna relación con la causa
de la enfermedad.
Llegamos así a los primeros días del mes de julio; las encuestas realizadas durante
los 15 días anteriores ponen de manifiesto que el vinagre debe ser descartado en esta
investigación.
En este momento tras una reflexión y análisis de todo lo actuado hasta aquí, se
acuerda fijar los parámetros que debe reunir el tóxico objeto de la búsqueda para
posibilitar su reconocimiento en el instante del hallazgo. Estos atributos se
establecen en:
1.- NUEVO: Ya el día 2 de mayo, al dar parte a la Dirección Provincial de la Salud
dijimos que nos encontrábamos frente a una enfermedad desconocida hasta
entonces, por lo que, si la Humanidad no se había enfrentado con anterioridad a la
causa, ésta tenía que ser de inmediata aparición.
Los avances de la síntesis química con la creación constante de nuevos productos,
permitía sospechar la existencia de una sustancia química de reciente obtención, o
bien de un nuevo uso o empleo de un compuesto ya conocido pero aplicado de
manera distinta, de forma que se hubiera dado lugar a una contaminación
extemporánea de un producto alimenticio por cualquiera de las posibilidades
ambientales existentes: Vertido de aguas; contaminación aérea o como un añadido de
la sustancia activa al alimento como una técnica agrícola de aplicación en el cultivo
por cualquier motivo.
2,- SISTÉMICO: En la Revista "NOTICIAS MEDICAS", de 20 de mayo de 1981,
decíamos ya que se trataba de una enfermedad sistémica y desde luego no de una
Neumonía.
El agente productor había de tener una acción sistémica.
En efecto, si la acción fuera sistémica se daba la única posibilidad existente para que
el vehículo del tóxico fuera el tomate ya que este fruto tiene una piel o "arilo" en cuya
composición entran unas sustancias céreas que lo aíslan completamente del exterior
y lo impermeabilizan de tal manera que cualquier ácido, base o sal en que se bañe no
puede penetrar en el interior del fruto sin destruir la piel, sin producir una solución
de continuidad y en el caso de que permanezca fuera de la envoltura o arilo bastaría
el polvo que adquiere durante el transporte, el roce o un simple chorro de agua para
arrastrar el tóxico y conseguir así la inocuidad del tomate, pero si el tóxico es de
acción sistémica, es absorbido del suelo por la raíz de la que pasa al tallo y de éste a
las ramas que van a dar lugar al racimo de frutos en los que se podría demostrar en
su interior, bien con la misma composición química que tenía al alcanzar el suelo o
por el contrario biotransformado por el metabolismo vegetal a través de sistemas
oxiredox o mediante reacción por ejemplo con los alcaloides del tomate, como puede
ser la solanina. Todo ello se producirla sin alteración ostensible del fruto lo que hace
que no aparezca rechazo al mismo ya que pasa inadvertida la toxicidad.
3.- ESTABLE: La enfermedad tenía ya más de dos meses de existencia y no
solamente continuaba con la gravedad intacta, sino que aparecían nuevos síntomas,
nuevas fases del proceso que indicaban que la sustancia química activa se
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