Page 75 - Pacto de silencio
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SEIS MESES SIN DORMIR
Mención especial merece el insomnio que padecen los afectados del síndrome tóxico.
Es un síntoma de aparición precoz (ya en la primera semana del proceso), y su
hallazgo es constante —podemos decir que se observa en el 100% de los casos— si
bien su intensidad es variable de unos a otros: va desde los enfermos que pasan dos
semanas sin poder dormir, hasta los que tardan 6 meses en poder conciliar la primera
hora de sueño.
Este largo período de insomnio contribuye en parte a agravar el síntoma de la
alteración de la cronobiología, que modifica el ritmo horario habitual del individuo,
que no se sujeta a reglas: los horarios de toma de alimentos se modifican en el sentido
de alargar las pausas, con aparición de apetito en momentos extraños, como por
ejemplo durante la madrugada, y se modifican los horarios en los que el paciente
realizaba las necesidades fisiológicas o el aseo personal.
Éste es el comentario del Dr. Muro y Fernández-Cavada: «El primer signo, que ya
lo describimos en Radio Madrid el 20 de mayo de 1981, era el insomnio.
Farmacológicamente no se ha conseguido producir un insomnio de una semana, de
días, y esta enfermedad produce insomnios que en cuatro meses consiguen por fin
dormir la primera hora. Pero además, habitualmente, el insomnio es regla. Este tipo
todavía no está descubierto en ningún producto farmacológico: con todas las aminas
que se emplean (anfetaminas, drogas, etc.) hay que repetir la dosis, y con una única
dosis es imposible producir un insomnio prolongado».
El Dr. José María López Agreda, jefe clínico de la sección de
Electroencefalografía Clínica del Hospital Provincial de Madrid, ahondó en el estudio
de las causas que producían este insomnio en los afectados, llegando a la siguiente
conclusión: «Contrariamente a lo que venía sosteniendo la comisión oficial del
síndrome tóxico, nosotros comprobamos que los afectados sufrían una encefalopatía
tóxica que provocaba un deterioro de la esfera superior del cerebro y afectaba a la
funciones intelectuales e instrumentales del individuo. Estos trastornos, que en los
informes oficiales se definían como simples encefalitis, nosotros comprobamos que
tenían su origen en el sistema nervioso central, sintomatología que está perfectamente
definida en la literatura científica como producida por los productos químicos
organofosforados». Y resume: «Un mes y quince días después de producirse la
intoxicación masiva nuestros hallazgos son perfectamente compatibles con formas
neurológicas subagudas de intoxicación por organofosforados. Mientras que en una
etapa crónica (tardía) hemos encontrado un trastorno respiratorio central ligado al
sueño, que está igualmente descrito en encefalopatías tóxicas por organofosforados,
etapa crónica».
Posteriormente, en el ante-informe que con el título de Estudios poligráficos del
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