Page 119 - Teodoro Herzl El Estado Judio
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THEODOR HERZL
Ud. haya colocado el Banco, al frente de todos los asuntos del pue-
blo de Israel! ¡No lo quisiera, para la Historia!”. Espíritu confuso ge-
neralmente, este muchacho me dice las primeras palabras sublimes
del Congreso.
Setiembre de 1898, en Constanza.
El Congreso ha finalizado.
Tengo la sensación de un abatimiento general. La última sesión
duró hasta las 5 de la madrugada.
Cometí el error de imponer la clausura al tercer día; de aquí las
irritaciones de la última noche.
No se puede prever todo. Hubiéramos tenido un brillante cuarto
día, debido al nuevo rumbo que tomó el caso Dreyfus, y la respues-
ta del Sultán que me llegó de sorpresa.
Son éstos los instrumentos con que debo trabajar. Se rompen en
mi mano como en cortafolio de madera en una reunión tempestuo-
sa. Este Diario es defectuoso, lo siento. Le falta el ardor tempestuo-
so en su esencia misteriosa que podría pintar, ni bien se realiza el he-
cho pero que luego se borra de mi memoria. Le falta también el fun-
damento estático, y los momentos de abatimiento desesperado po-
drían ser mucho más interesantes, para los lectores de estas notas,
en el futuro.
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