Page 117 - Teodoro Herzl El Estado Judio
P. 117

THEODOR HERZL
            al juzgar personas, porque estos libros servirán algún día de material
            para la Historia de los Judíos. Así suceden muchas cosas y no todas
            son recordadas.

                                                      27 de octubre de 1897.
               Hoy, después de mediodía, salí a pasear. Me hundí nuevamente
            en mis sueños; pensé en un viaje a Palestina en la primavera del año
            venidero. Si pudiera crear durante los próximos meses el periódico y
            el Banco Judío, el barco que alquilaría para el viaje no dejaría de cau-
            sar sensación en el Mediterráneo. Estando al frente de un diario y
            apoyado por un nuevo Banco Otomano, seguramente hubiera sido
            recibido con honor por el Sultán. ¡Imaginaciones!
               Pero el que ha visto cumplirse sus sueños, desde el parque de las
            Tullerías y el Palacio Real, en junio de 1895, hasta el Congreso de
            Basilea, podrá también atravesar el Mediterráneo como judío que re-
            torna a su país.
               Pero me siento fatigado como un viejo.


                                                       26 de marzo de 1898.
               Me bato aún con una espada de madera, como un comediante o
            como un niño. Es una espada de acero la que me hace falta; es un
            gran periódico para desplegar una activa acción política, para rendir
            servicios y establecer relaciones. Así mi lucha no puede dar resulta-
            do y no puedo avanzar más. Es terrible estar condenado a la inac-
            ción, teniendo planes tan detallados y un camino tan claramente tra-
            zado. Esto me consume. Me hace falta un miserable millón para di-
            rigir un gran periódico, y no lo puedo conseguir para la causa del ju-
            daísmo. Esta situación data ya desde hace dos años. ¡Fructus perci-
            piendi! Perdidas las mejores posibilidades del Sionismo.

                                                     Lunes de Pascuas, 1898.
               Hace tres años que he puesto en marcha al Movimiento Sionista.
            Hoy, la idea se ha abierto camino en el mundo.


                                                          3 de junio de 1898.
               Los ricos y los “grandes de Israel” se cargan de una gran respon-
            sabilidad abandonándome. Puedo ser un instrumento muy útil para


                                           120
   112   113   114   115   116   117   118   119   120   121   122