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Con un par de minutos el miedo se ha vuelto exponencialmente más
            terrible; UCI, lo llamaron a terapia, nunca había pensado que podría ex-
            ponerme tanto. ¿Qué rayos voy a hacer en terapia?, no se intubar o ma-
            nejar los respiradores; voy a entorpecer el trabajo de todos; pero sobre
            todo  ¿Cómo  mantendré  al  mínimo  mi  riesgo  de  exposición?  si estaré
            distraído buscando seguirle el paso al resto de personal en el servicio.
            mientras pienso en todo lo malo que pudiera ser, suena mi puerta.

               “Alexito, mijo buenos días, ¿Cuándo tienes turno?”
               No mami, no se nada.
               Miento por primera vez, me trago el miedo; no puedo permitirme en-
            trar en pánico frente a ella, respiro y sigo con los días sin saber nada del
            hospital.

               Segunda semana de abril: Tres o cuatro días más han pasado, no estoy
            seguro de cuando recibí la llamada de mi compañero; es la segunda vez
            que necesito salir por compras, las filas en los supermercados cada vez
            se forman más temprano así que estoy fuera de uno mucho antes de la
            apertura del local. Una vez dentro, todos demuestran su miedo mientras
            cumplen lo mejor que pueden las medidas de seguridad, pero la ansiedad
            por entrar y tomar lo necesario de los estantes es evidente; con todo eso
            en mente yo ya he armado un mapa mental rápido de mi recorrido por
            el local. Mientras espero en fila recibo una llamada, rondaré por el local
            varias veces sin tomar lo que fui a buscar debido a su distracción.
               La secretaria del director asistencial me convoca a una reunión ma-
            ñana a primera hora. Nuevamente solo puedo pensar en formas para man-
            tener a mi familia lejos de la enfermedad, pero no se me ocurre como
            aislarla de mí. Me recupero y termino las compras planificadas junto a
            varias cosas que espero me servirán para mantener al mínimo el riesgo
            en mi casa.
               Llego a la hora justa a la reunión, casi todos los convocados ya tienen
            un lugar en la mesa redonda de conferencia a la que asistimos, entre todos
            están varios amigos y muchos otros médicos que no había visto jamás. El
            anfitrión explica donde empezaremos a cumplir nuestras funciones como
            contingente médico; un piso entero de aislamiento respiratorio a cargo
            de medicina interna, donde solo ingresarán pacientes estables en quienes
            exista baja sospecha o que están esperando su alta médica por otra causa
            no respiratoria luego de tener un resultado negativo.
               Se escucha un halo de alivio en toda la sala mientras se nos asigna
            fechas para iniciar los turnos. El estado máximo de miedo regresa a un
            nivel basal; me reúno con mis amigos, mientras bromeamos sobre lo que
            vendrá en los próximos días, nos deseamos suerte.



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