Page 231 - Libro_Sars_Cov_2_Digital
P. 231
DEPRESIÓN Y AUTOLISIS EN TIEMPOS
DE COVID-19
Por: Md. María Isabel Jara Jimbo
Aferrarte a la vida cuando tu mente desea la muerte, buscar el perder
la guerra y ganarla con un poco de suerte. Encerrada en casa, para luchar
contra un virus que se ha convertido en un enemigo silencioso que no
respeta raza, religión ni directrices sociales, pero atrapada en mi propio
mundo en donde el peor enemigo es mi mente.
Quien escribe, un médico residente de veintisiete años de edad, que
cursa su residencia en sala covid. Siendo las dos de la mañana del 15 de
julio, recibimos a una paciente femenina joven, de profesión enfermera,
Covid-19 positivo, con intento de autolisis ¡Ha ingerido varias pastillas
de propanolol! Signos vitales en descenso, bradicardia, desaturación no
menos de 75%, que responde bien a mascarilla con reservorio a 15L.
Después de varias horas se logra estabilizarla y mantiene un Glasgow
15/15. Se procede a realizar la historia clínica en la que se indaga qué fue
lo que le llevó a tomar esta dura decisión, cuando tras la ventana se ve
a un mundo, y a cada persona, luchando, peleando a diario por la vida
1
, mientras ella responde con voz quebrantada y las láminas recorren sus
mejillas: "Mi esposo era policía y mientras manejaba su motocicleta,
realizando la guardia de la noche durante el “toque de queda” intentó
detener a unos hombres ebrios que manejaban a toda velocidad. En res-
puesta, ellos lanzaron su camioneta tras su moto. Ha caído a un ba-
rranco y me llamaron a notificar que ha perdido la vida” …"
Era comprensible su historia y a la vez muy aterradora, también des-
esperante, pues un hijo de tan solo dos años de edad la esperaba en casa.
¡Pobre aquel pequeño inocente! que sin saber qué es lo que en su vida
ocurría, lo imagino jugando con todo lo que en sus manos tenía, mientras
su madre en nuestro hospital, se juega la vida y está a punto de embar-
carse en una larga travesía. Por mi parte, había hablado con ella algunas
horas, ya que sentía parte de su historia reflejada en la mía.
Hace poco menos de dos meses, sufrí una crisis de depresión mayor,
de esas que involucran pensamientos suicidas, tras una ruptura amo-
rosa. Sentía que nadie lograría entender lo difícil que es pelear contra
uno mismo, día tras día. Pensé que nadie comprendería lo duro que es
despertar y desear no haberlo hecho; porque por más que existen mil
razones para continuar, la mente solo guarda una ¡la peor! la de rendirse
1 Sin dejar atrás que ella es profesional de la salud y su deber siempre será luchar y preservar la vida como lo
más sagrado y valioso, que a los creyentes en la Tierra, nos da Dios.
Regreso al Indice 231