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INFUSIÓN CONTINUA


                                         Por: Md. Pedro Fernando Acosta Fonseca

                                                                Médico Residente.
                  Al llegar al cuarto semestre de medicina, cada estudiante contrae una
               patología: histrionismo, a causa de algo tangible pero invisible; micros-
               cópico para el ojo humano. Dicho comportamiento se anexa a la mente,
               bajo los mismos principios de la microbiología, momento en el que se
               empieza a ver el mundo desde otra perspectiva. La ciencia empuja a es-
               tudiar los universos microscópicos, los mismos que contienen grandes
               secretos de la humanidad misma.

                  Las bacterias Gram positivas y Gram negativas, aerobias y anaero-
               bias, dan una idea inicial “de buenos y malos”, aptos o no para un medio
               específico, motivo por el cual es importante conocer su origen y en qué
               ambiente se desenvuelve mejor, sea en animales, lugares o alimentos.
               Los hongos se suman a este universo.
                  Luego, pero en el mismo sentido, la enseñanza se complementa con
               los conceptos de asepsia y antisepsia, lo que permite comprender por qué
               no se debe usar afuera, o en el bus camino a casa, la bata utilizada en el
               laboratorio de prácticas. Finalmente, el ciclo se cierra con el enfrenta-
               miento a esos entes que necesitan un organismo mayor para vivir: los
               virus.
                  Las fiebres aftosa y amarilla, demostraron que la ósmosis de la vida
               no siempre recae en bacterias u hongos; por lo tanto, al ser los seres
               humanos integrantes de un ecosistema, están expuestos a todas las con-
               diciones del entorno, donde los virus son residuos de ADN o ARN des-
               echados de una célula pero que afectan a otras.
                  Habiendo adquirido todo tipo de enfermedades paranoicas, incluso
               por un leve estornudo del compañero de clase, al final del internado en-
               tramos en un estado de “Normalcy Bias” que es el sesgo del conoci-
               miento que lleva a minimizar las advertencias sobre una amenaza. En
               este ida y vuelta entre la casa, la familia, el hospital, la soledad, la li-
               bertad y sostenibilidad, idealizamos un plan futuro completo, con la vaga
               creencia de humanidad permanente.

                  La sabiduría popular menciona que “lo que pides se te otorga”, en-
               tonces llega el momento de aplicar lo aprendido en aulas, bibliotecas
               y hospitales de turno, asumiendo tener mayor inmunidad psicológica y
               social, por haber nacido en este país tan diverso y complejo. El cúmulo
               de experiencias llenan de valor para regresar a casa, con tal madurez,
               que permite iniciar con fuerza la vida profesional luego de idealizada de
               éxito, especialización, viajes, consultorio privado, hospital u organiza-

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