Page 6 - Necronomicon
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II. INTRODUCCION
por Colin Wilson
En el pasado agosto, Derleth, que había sido amigo y editor de Lovecraft, me dijo que a
menudo recibía cartas de lectores que deseaban saber si realmente poseía un ejemplar de Al
Azif o el Necronomicon, del "loco árabe Abdul al-Hazred", o si podían consultar un
ejemplar en la Universidad Miskatonic, en Providence. Siempre tenía que dar la misma
respuesta: que si bien muchas de las obras mágicas citadas por Lovecraft existían, el
Necronomicon era de su propia invención. En cierta ocasión, estando en la biblioteca de la
casa de Derleth, Arkham House (en las afueras de Sauk City, Wisconsin), y mientras
bebíamos una botella de excelente vino tinto californiano, le pregunte si creía que Lovecraft
había basado AI Azif en algún texto mágico conocido. "Mágico no", dijo Derleth. "Por lo
que yo sé, sacó la idea de un poema romano titulado Astronómica. ya sabes que fue un
perspicaz astrónomo". Yo no lo sabía. De hecho, poco era lo que conocía sobre Lovecraft
aparte de sus obras. Hasta 1975 no encontré ninguna referencia sobre Astronomía del poeta
Manilio: fue la biografía de Lovecraft escrita por Spargue de Camp.
Cuando encontré a Derleth, yo ya estaba recopilando material para un libro sobre lo
paranormal (que se publicó después como The Occult) y me hallaba profundamente
concentrado en su final, esforzándome para hallar el sentido de libros como The Magus de
Francis Barrett, Book of Ceremonial Magíc de A.E.
Waite y Demonolatry de Nicholas Remy. Los encontré difíciles y confusos, pero al mismo
tiempo me chocaba la similitud de tono de muchos pasajes con las "citas" de Al Azif hechas
por Lovecraft y otros trabajos del camino de le izquierda. Este de Remy, por ejemplo, trata
del tema de los niños nacidos como resultado de cópulas con demonios: "Una de las
cuestiones que resultan más penosas de entender es el bronco silbido que estos niños emiten
en lugar de llorar, su andar atolondrado y su manera de buscar en lugares ocultos...
Debemos confesar que los demonios intervienen activamente y se introducen en las madres
o en sus hijos no natos dotándoles de poderes que son completamente sobrenaturales"(1}.
Esto es muy parecido a una de las criaturas semihumanas de Lovecraft de "las Colinas de
detrás de Arkham".
También había leído las obras de Aleister Crowley, recopiladas por mi amigo Roger Staples
de la Universidad de Michigan, y encontré unos paralelismos tan sorprendentes, que me
pregunté si Lovecraft y Crowley no se habían conocido.
Derleth creía firmemente que no. De hecho dudaba sobre si Lovecraft había tenido noticia
alguna vez de "la Gran Bestia". Si así hubiese sido, parecía creer Derleth, lo hubiera
rechazado por charlatán y presumido. Porque, por extraño que parezca, la "filosofía" de
Lovecraft era científica y materialista.
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