Page 19 - Hijo, no te olvido
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La  Iglesia  formaba  parte  importante  de
            nuestra vida también.
            Con el tiempo se me pidió ocupar distintas
            responsabilidades en la Iglesia, recuerdo
            que mi primer trabajo fue dar el informe
            de la Escuela Sabática, luego me eligieron
            Diácono  y  finalmente  Anciano  de  la
            Iglesia, a los diez y siete años.
            Para cuando dejé el Colegio ya estábamos
            viviendo en Temuco, una hermosa ciudad,
            la capital de la región de la Araucanía.
            Fue  entonces  que  comenzó  una  nueva
            etapa  en  mi  vida.  Los  años  como
            colportor.
            Los       colportores         venden        literatura

            cristiana  a  la  gente  y  al  mismo  tiempo
            viven  de  eso.  Durante  siete  años  me
            dediqué  a  vender  libros  como  “Hijos
            Triunfadores”  “El  Desarrollo  Integral  de
            los  Adolescentes”  “Las  Bellas  Historias
            de  la  Biblia”  etc.  En  este  trabajo  tuve
            oportunidad de recorrer casi todo el sur
            de Chile, Santiago, y Tierra del Fuego en
            el  extremo  sur.  Sin  embargo,  lo  más
            hermoso  fue  conocer  a  tantas  personas
            de  todo  tipo.  Ricos,  pobres,  religiosos,
            pescadores,  ganaderos,  etc.  Durante
            esos  años  muchas  veces  pude  ver  la
            mano           de        Dios         ayudándome,
            protegiéndome  y  dándome  maravillosa
            experiencia. Recuerdo una en particular.
            Fue en un Colegio en el cual no sabían de
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