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lujo de crear sin tener la presión de venta''. El estilo propio y la personalidad de un
vino, dados por la interacción tierra/agua/clima y manejo del viñedo, no son más
que un reflejo de cada uno de nosotros. Somos lo que hacemos, es una de las premisas
de nuestro Dogma.

¿En qué área te desarrollás dentro de Tempus Alba?.
Los documentos dicen director, pero sabemos que dentro de las Pymes argentinas,
sobre todo cuando son familiares todos hacemos de todo. Dentro del núcleo familiar
que participa activamente en la bodega, los Biondolillo nos complementamos muy
bien. Aldo, mi padre, es el que dirige la batuta, como agrónomo, enólogo y economista;
Mariano, mi hermano mayor, es ingeniero industrial y está a cargo de la bodega; Jose
Luis, mi primo hermano, es enólogo y es el responsable de la elaboración de los vinos.
Yo como ingeniero agrónomo y luego de iniciar el nuevo proyecto de Tempus Alba me
alejé un poco de los viñedos, dejando un equipo agronómico a cargo de la producción
de las tres fincas, para salir a transmitir lo que estamos haciendo por el mundo. Ahora
divido mi tiempo entre Mendoza, Buenos Aires y el exterior. Intento transmitir pasión,
amor y experiencias a personas sin importar su origen, cultura o nacionalidad,
mediante el idioma universal del vino, darles un mensaje claro que les llegue a lo más
profundo del alma.
Busco el equilibrio y la armonía no solo en los vinos sino que en mi vida. Siempre tengo

presente una de las tantas frases que marcaron mi personalidad ''viví en la gran ciudad
pero mudate antes de endurecerte demasiado, viví en el campo pero mudate antes de
ablandarte demasiado'' y viceversa. Es este círculo virtuoso el que me mantiene
enérgico.

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