Page 19 - EN 2 EDICION
P. 19
Habitar, conlleva a diferentes defi niciones hoy en día,
tanto en entornos domésticos como en los espacios
defi nidos por las fronteras nacionales. Los arquitectos
actualmente pueden intervenir, no solo como diseña-
dores de edifi cios, sino como parte fundamental en las
conversaciones y acciones sobre las políticas de vi-
vienda o sobre las condiciones que pueden afectar las
maneras en que viven los refugiados en el mundo por
solo mencionar un ejemplo, es decir, infl uir en cuestio-
nes legales, estéticas, tecnológicas, entre otras; en un
intento irresistible de indagar dónde estamos, como
terminamos allí y hacia donde deberíamos ir.
La transformación que estamos viviendo en las ciuda-
des y pueblos del mundo provienen de procesos his-
tóricos, estos procesos no son algo que haya ocurrido
en los últimos cinco o diez años; se originaron mucho
antes de eso. Debemos entender que las condiciones
de la ciudad contemporánea, entre otras cosas, están
estrechamente ligadas a la economía que infl uye en
casi toda la cotidianidad de los habitantes, así como,
la migración masiva y el desarrollo de las tecnologías
digitales que subyacen las transformaciones urbanas,
sociales y políticas de nuestra era, un signo de la glo-
balización y formas de interrelación humana.
La forma en que vemos las tecnologías es a través
de los medios, las formas de organización y la logísti-
ca que generan nuevas formas de estar juntos. Por lo
tanto, la humanidad busca nuevos territorios, no solo
físicos sino también digitales, y estas nuevas condicio-
nes crean nuevas formas de pertenencia, nuevas for-
mas de soberanía, nuevas formas de colectividad y de
agenda política.
La arquitectura permite construir discursos que se
plasmen frente a los desafíos contemporáneos de la
humanidad. El compromiso y la disposición para en-
frentar la evolución del perfi l que debe tomar un arqui-
tecto es enorme, este debe dejar de ser un ente autó-
nomo y debe comprometerse en un gran conjunto de
transformaciones tecnológicas, procesos estéticos y
ser actores sociopolíticos en estructuras transversales
que permitan defi nir la profesión como una herramien-
ta más fl uida con capacidad de negociación.
Analizar como habitamos en el siglo XXI, nos lleva rá-
pidamente a refl exionar sobre la evolución en los tipos
de espacios, las maneras en la que co-trabajamos, epi-
sodios de colaboración e interdisciplinaridad son cada
vez más constantes en nuestras sociedades; el que
cada vez convivamos con personas de diversas cultu-
ras en un mismo momento, la posibilidad de conversar
desde América Latina con algún europeo o asiático y
que esto sea más rápido que ir a tomar un café nos
obliga a entender que el mundo, tal como lo plantea-
ban Gudmand-Hoyer y Graae en aquella Dinamarca en
la década del sesenta, es posible, pero debemos tra-
bajar en ello.
ENVOLVENTE 19