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174| En el Jardín de la Sabiduría Capítulo Cuatro: El regalo de la vida
falta de entendimiento de ellos. Esto es una muestra
de herejía, porque se atribuye a sí mismo su propio
éxito, olvidando que Hashem se lo dio, tal como dice
el versículo: “Y dirás en tu corazón: ‘Es mi propio
poder y la fuerza de mi mano lo que me trajo toda esta
riqueza’” (Deuteronomio 8:17). Toda esa arrogancia y el
placer son los que conducen al individuo a este vicio,
tal como está escrito: “Nuestra alma se ha hartado de
la burla de los complacientes, del desprecio de los
soberbios” (Salmos 123:4). Por lo tanto, se está burlando
incluso de los santos y de los profetas.
3. El que no acepta reprimenda entra en la categoría de
burlones, tal como está escrito: “No reprendas a un
burlón, pues te odiará” (Proverbios 9:8). El burlón está
convencido de que es un sabio y piensa que él es el
único que entiende y el único que sabe y por lo tanto
se burla de la opinión de los demás. Esto es algo que
no tiene remedio, tal como está escrito: “¿Has visto a
un hombre que es sabio a sus propios ojos? Hay más
esperanza del necio que de él” (ídem 26:12). O sea que
el necio tiene más probabilidades de tener razón que
aquel que se cree sabio.
4. El que se pasa el día hablando de cosas vanas es
llamado “burlón” porque se burla de los preceptos y
de la recompensa del mundo venidero. A él se refiere
el Salmista cuando dice: “Dichoso es el hombre que
no ha andado en el consejo de los malvados, ni se ha
parado en la senda de los pecadores, ni sentado en
compañía de los burlones” (Salmos 1:1).
5. El que tiene la costumbre de burlarse de todo y de
todos, no porque los desprecie en su corazón sino
porque se ríe de cosas que no son para reírse.
6. Rabenu Yona concluye diciendo: “Sabrás que la
persona no entra en la categoría de burlón hasta que
no rechace el yugo del Cielo. Es por eso que está
destinado a sufrir, ya que nuestros Sabios advirtieron
| 163 de los demás y no conviene que rece en público. de los demás, entonces esa persona también depende necesita del respeto de los demás, o cualquier otra cosa su sustento, porque se mantiene solo, no obstante
esta es la voluntad de Hashem; una vez que hacemos nuestro
máximo esfuerzo y creemos en lo que hacemos, entonces ¡no
debemos dejarnos confundir por nada ni por nadie!
Todos debemos emular al Simple: aquí él ha pasado una
prueba muy difícil. En realidad, son muy pocos los que logran
pasarla. Cada vez que el Simple se alegraba y se ponía a bailar
por la dicha que sentía al terminar su trabajo, los burlones lo
esperaban para reírse de él. ¿Quién es capaz de soportar algo
así? Pero ahora que conocemos al Simple de nuestra historia,
ya sabemos qué herramientas debemos utilizar en caso de
enfrentarnos a un desafío de esa clase. Porque la persona que
cuenta con la conciencia espiritual que enseña Rabí Najman
de Breslev y tiene una emuná simple y auténtica no tiene
motivos para inquietarse. En ese sentido dijo Rabí Abraham
hijo de Rabí Najman de Tulchin que cuando los demás se ríen
y se burlan de uno, uno tiene que pensar que el que se está
riendo de él no es una persona; es una caja con dientes…
Cada persona tiene que ceñirse los lomos y ser fuerte y
ponerse a bailar y estar contento con su “zapato triangular”,
o sea, con cada precepto que hace y con cada punto bueno
que tiene. También debe alegrarse con cada deficiencia y cada
defecto que tiene, sin prestar atención en absoluto a todos
esos burlones. Así rezaba Rabí Abraham por ese tema:
Ayúdame, Dios mío, a hacer cada vez un nuevo
comienzo y a juntar fuerzas contra todos los burlones
que se ríen del precepto de estar alegres. Porque ante
Ti es sabido y revelado que en estos días que vivimos
domina la oscuridad y son muchos los que se burlan
del servicio Divino…De hecho, todo aquel que se
burla del precepto de estar alegres desconoce las
palabras de Maimónides que figuran en las Leyes de
Lulav (cap. 8):