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170| En el Jardín de la Sabiduría - 167 - ¡Sin burlas! Capítulo Cinco: poner a reflexionar: “¿Cómo es posible que yo, estando en Cada persona que busque la verdad ciertamente se va a de “loco”. qué él vive feliz y ellos no? Eso les duele y por eso lo tildan soportar ver a un hom
Aquel que se burla o se ríe de los demás, no sólo que está tiene un buen corazón no puede soportar ver el éxito de los
cometiendo un gravísimo pecado contra esas personas sino demás. Por eso, todos debemos orar y pedirle a Hashem que
que para colmo está transgrediendo nada más ni nada menos podamos siempre alegrarnos con el éxito del prójimo.
que contra el Mismísimo Creador, porque se está burlando de
la obra de Sus manos, tal como explica Rabí Moshe Cordovero
en su libro Tomer Devora, cuando dice que en todos los seres Pero el Sabiondo, como ya dijimos, sentía que todo el mundo
creados se encuentra la sabiduría del Creador y que, por lo era como una nada, y mucho más alguien como el Simple,
tanto, son dignos de todo el respeto. De hecho, la persona que parecía un demente. Pero a pesar de eso, y en virtud del
que los insulta, Dios no lo permita, está faltándole el respeto gran afecto que los había unido en su infancia, se acercó a él
a Aquel que los creó. Es como un orfebre muy sabio que hizo y viajaron juntos por la ciudad.
un recipiente con gran sabiduría y se lo mostró a las demás
personas y entonces una de ellas empezó a hablar mal de ese
recipiente. ¡Cuánta aflicción le estará causando al orfebre! Lo
mismo ocurre con Hashem: ¡Él tampoco está dispuesto a que Habiendo alcanzado el pináculo del éxito, el Sabiondo sentía
la gente se burle de la obra de Sus manos! que todos los demás no eran nadie en comparación con él. Y
con mucha más razón este Simple, que incluso a los ojos de las
personas comunes parecía un loco. Tras su grandioso retorno,
lo último que necesitaba el Sabiondo era que este hombre
Ve al Artesano que me formó con aspecto de chiflado fuera a recibirlo. ¡Qué bochorno!
Si vemos que una persona tiene algún defecto, debemos No obstante, él recordó la amistad que habían tenido en su
siempre tener presente que así fue como la creó Hashem, con infancia y se comportó con él de manera amigable. Ese fue un
ese defecto, y por lo tanto está prohibido burlarse de ella, tal mérito a su favor que finalmente habría de salvar al Sabiondo
como cuenta la Guemará (Tratado Taanit 20ª): de la destrucción total, tal como veremos a continuación.
Rabí Eleazar, hijo de Rabí Shimon bar Iojai, iba cabalgando en
un burro de regreso de la casa de su rabino en Migdal Guedor. Los dos comerciantes mencionados al principio –los padres
Rabí Eleazar estaba muy contento debido a que había logrado de estos dos hijos– fallecieron mientras el Sabiondo estaba de
estudiar mucha Torá. Cuando pasó por la orilla de un río, viaje por varios países y quedaron sus mansiones. El Simple,
se cruzó con un hombre muy feo. Este último saludó a Rabí que se había quedado en su pueblo natal, se había mudado a
Eleazar: “¡Que tenga un buen día, Rabino!”. la casa de su padre y la había heredado. Pero el Sabiondo, que
Rabí Eleazar no le devolvió el saludo y en lugar de eso, le dijo: había estado en el extranjero, no tenía quién la reclame en su
“Plebeyo, qué feo es usted. ¿Todos en su ciudad son iguales nombre y la mansión había quedado abandonada y en ruinas
de feos que usted?”. y no quedó nada de ella.
El hombre respondió: “No sé, pero dígale al Creador, que fue
Quien me creó, lo fea que es Su obra…”. ¿Qué quiso decir Rabí Najman cuando escribió que la casa
del Sabiondo “había quedado abandonada y en ruinas, y
no quedó nada de ella”? ¿Cómo es posible que no hubiera